REFORMA. Interior del castillo de Sancti Petri. / R. RÍOS
SAN FERNANDO

Bajo la mirada de Hércules

El Castillo de Sancti Petri estará rehabilitado a principios de 2010 La situación e historia del enclave se convertirá en su mayor atractivo turístico

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Más de 3.000 años han transcurrido desde que el templo de Hércules se erigió entre las aguas, al final de un camino que formaba parte del archipiélago gaditano. A la entrada del recinto lucían en bronce la representación de los doce trabajos que Hércules tuvo que realizar para ser divinizado. Hijo del dios Júpiter y la mortal Alcmena, su historia alcanzó a la nuestra convirtiéndose hoy día en el personaje protagonista de una fortaleza en ruinas, el Castillo de Sancti Petri, que, si no llegará a alcanzar el esplendor de su época cuando los navegantes hacían ruta hacía el templo para mostrar adoración al héroe de la mitología griega y romana, volverá a mostrar las firmeza de las paredes de antaño y el asombro de los visitantes al recorrer su interior cuando, a principios de 2010 y si se cumplen los plazos, quede rehabilitado.

El paso del tiempo, el desgaste del viento y el mar de leva, los ataques sufridos y su explotación como cantera de piedra ostionera no ha dejado indemne a esta fortaleza, cuyos muros han sido los primeros en recibir el cuidado y mimo de las personas que ahora se encuentran allí trabajando en su reconstrucción. Una obra que consideran marina, más que terrestre, por los condicionantes de la misma y que influye en la dificultad de los trabajos.

«Lo primero que hemos hecho es consolidar todos los paramentos para frenar el deterioro por los agentes climáticos», explicó el jefe de obra, Raúl Molina. Apuntalados los muros, todos coinciden en que la premisa de estos trabajos es su puesta en valor y recuperación integral, respetando la historia del Castillo.

«Desde que llegamos por primera vez al islote, donde empezaron los trabajos de recuperación en el año 2004, la situación ha cambiado drásticamente», explica Gregorio Gómez, director del proyecto. Si bien el muro de la zona este ha quedado derruido por completo como consecuencia del oleaje del mar, el resto se mantiene aún en pie, sugiriendo el aspecto que la finca pudo tener tiempo atrás. El santuario estaba conformado por un conjunto de edificaciones donde había un edificio principal y un patio al que se accedía por una puerta flanqueada por dos grandes columnas. De esta escena aún se mantienen los dos pozos de agua dulce que tenían un régimen de crecidas inverso al de las mareas.

Además, algunos historiadores cuentan que bajo el templo estaban enterrados los restos de Hércules, y contenía reliquias tan famosas como el cinturón de Teucro y el árbol de Pigmalión cuyos frutos se decía que eran esmeraldas.

Por el momento, la empresa encargada de los trabajos, la Unión Temporal de Empresa formada por Acciona Infraestructuras y Freyssinet, aún no han dado con ningún hallazgo, aunque en el siglo pasado se encontraron varias estatuas en bronce que se conservan en el Museo de Cádiz.

Por el momento, los trabajos han comenzado por la limpieza y el desbroce de la vegetación, el apuntalamiento y la reconstrucción del muro exterior de la fortaleza. Gregorio Gómez explicó que había encontrado una gran densidad de jopo de lobo, una especie de planta protegida que «por suerte están fuera del ámbito de actuación». El proyecto también incluye la construcción de un pequeño embarcadero, que no existió con anterioridad, para el traslado del personal de obra y de los materiales, que se hará visible en una segunda fase, y que se mantendrá para usos posteriores. Así acogerá un máximo de dos barcos pequeños y facilitará el acceso de los turistas al enclave.

Los trabajos que ahora se realizan tienen un plazo de duración de diez meses en los que se pretende «investigar al máximo y consolidar la estructura para que aguante, como mínimo, otros 30 años».

En tierra de todos

Muchas batallas se vivieron a lo largo de la historia del conocido ya como Castillo de Sancti Petri, si bien la última que lo señala hacía referencia a su titularidad. Disputado por las localidades de Chiclana y San Fernando, el Tribuna Superior de Justicia de Andalucía otorgó el islote al municipio isleño, sujeto a la legislación de Costas. Enterrada el hacha de guerra ambos alcaldes manifestaron que «el castillo es de todos los ciudadanos».