Un cartel avisaba ayer a los usuarios de que hoy, a las ocho, el aparcamiento tendrá que estar vacío. / JOSÉ LÓPEZ
CÁDIZ

Santa Bárbara: no aparcar, aviso grúa

El aparcamiento queda clausurado desde hoy para que arranquen las obras de otro subterráneo que ocupará su lugar

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Viernes, 15 de mayo. Retirada de vehículos por obras. Hasta las 8.00 de la mañana. Cierre total. Aviso grúa. Con ese cartel, ya todo el mundo se había dado por enterado. Estudiantes, profesores, trabajadores de la zona y visitantes ocasionales tendrán que buscarse otro lugar para aparcar a partir de hoy, a las 8.00 de la mañana.

Se da paso así a las obras para construir otro aparcamiento, pero subterráneo. Con más plazas (900, en lugar de las 600 de ahora) pero con seguridad más caras, puesto que este era el aparcamiento más barato del centro: 1 céntimo por minuto.

La clausura es total. No volverá a haber un aparcamiento en superficie. Por ello, las 22 personas que trabajan allí y que en su mayoría son jóvenes que tienen su primer empleo, algunos reinsertados y la mayoría sin estudios, tendrán que irse al aparcamiento del Campo de las Balas. A partir de hoy también, Emasa dejará de ocuparse del estacionamiento del antiguo Campo de Tiro para cedérselo a Nueva Juventud de Trille, que hasta ahora gestionaba este de Santa Bárbara.

Pero el encargado, Fernando Galvín, reconoce que no va a ser posible mantener todos los puestos de trabajo a largo plazo. «Ahora sí, porque con las vacaciones, antes se buscaban sustitutos y ahora cubriremos los turnos con los que estamos, pero después de septiembre... intentaremos no despedir a nadie, pero tal vez haya que eliminar algún puesto», explica.

Según cuenta, muchos de estos chicos y chicas veían en este trabajo la posibilidad de cobrar un sueldo decente y legalizado por primera vez (400 euros por media jornada y 800 ó 900 por la completa) «y muchos también tenían la ilusión de entrar en verano».

Los puestos de trabajo van rotándose. «Como mucho están dos años aquí», cuenta Fernando, que tampoco es optimista respecto a la situación de los usuarios.

La mayor parte de los que utilizan ese aparcamiento son estudiantes, que ya se sabe que no disponen de muchos recursos. Sin embargo, muchos de ellos no están dispuestos a renunciar al coche, aunque suponga pasar más tiempo buscando sitio o pagar algo más. Es el caso de José Antonio y Bárbara, que vienen desde San Fernando. «Si cogemos el autobús, tardamos más de una hora», explican estos jóvenes estudiantes de Ingeniería. «Si lo vemos difícil, hablaremos con algún compañero para compartir el coche», agrega Bárbara, mientras José Antonio recuerda que será cuestión de unos meses «porque el año que viene ya habremos terminado de estudiar».

Irene Trías, en cambio, admite que podría venir en autobús, porque vive en la avenida, «pero me resulta más cómodo el coche», sostiene agarrada al volante de su vehículo color mostaza. Ella, que estudia en Filosofía y Letras, será una de las que pruebe suerte, a partir de mañana, en el Campo de las Balas. No lo tendrá fácil. Allí hay cerca de 350 plazas, pero 224 pertenecen a abonados que pagan su cuota mensual. Es decir, que sólo habrá 126 aparcamientos de rotación. O lo que es lo mismo: toca madrugar para dejar el coche.

Las obras del nuevo aparcamiento, que tienen un plazo de ejecución de 18 meses, darán paso no sólo al aparcamiento subterráneo de 900 plazas (200 para residentes), sino también a una nueva zona deportiva y de ocio, así como un edificio acristalado que servirá además de protección para el Parque Genovés, y un nuevo Teatro Pemán.

Un proyecto que se antoja interesante para muchos, como para Joaquín Aragón, que se ha mudado al casco antiguo y ha decidido jubilar su vehículo. «Los coches deberían estar de Puertatierra para allá; fuera del centro», apunta, tajante. Él está satisfecho con que la nueva urbanización de Santa Bárbara salga adelante, por fin.