Las mujeres se apoderan del Real

Muchas de ellas llevaban todo el año esperando este momento. Estrenar trajes de flamenca, salir con las amigas y olvidar la rutina del día a día y, sobre todo, dejar a las parejas en casa durante unas cuantas horas. Ayer los grupos de mujeres tomaron literalmente el Real de la Feria, y como si de una batalla campal se tratara plantaron su bandera de conquista en el centro del González Hontoria.

Como cada año, las había de todas las edades, todas las profesiones y todas las condiciones posibles, con el denominador común de disfrutar a tope de un miércoles dedicado exclusivamente a ellas. Aunque a primera hora de la mañana parecía que la climatología iba a dar la espalda a las féminas, finalmente el cielo se despejó y dio paso a un calor importante, que se vio incrementado en el interior del recinto ferial debido a la cantidad de gente que se agolpó en el mismo.

Y es que si el martes ya los feriantes comenzaron a animarse, ayer el lleno fue absoluto y en muchas de las casetas conseguir una mesa a la hora del almuerzo resultó tarea casi imposible. La temida crisis definitivamente quedó aparcada en casa, no se sabe si porque los jerezanos han ahorrado a conciencia para no escatimar en gastos en su fiesta grande, o porque han preferido hacer la vista gorda, disfrutar del momento y acogerse a aquello de «que me quiten lo bailao».

Lo cierto es que los autobuses cargados de mujeres se multiplicaron a la entrada del parque, tanto del transporte urbano (que resultó gratis para las ataviadas con el traje de gitana) como de vehículos provenientes de la zona rural y otras localidades cercanas. Las flamencas llenaron de colorido, de cante y de arte todos los rincones de la Feria, y el punto álgido de la jornada tuvo lugar al filo de las 14.00 horas, cuando se agolparon en el Templete Municipal, donde fueron recibidas por la propia alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez.

En dicho emplazamiento los grupos de feriantes femeninas pudieron compartir con la edil y algunos miembros del Gobierno local el tradicional almuerzo, amenizado con sevillanas y bulerías, que no podían faltar en tan insigne ocasión. Tras unas horas de diversión, el ambiente se dispersó y las mujeres continuaron la fiesta por el resto del recinto, en el que reinó el buen humor y donde permanecieron muchas de ellas hasta bien entrada la madrugada.

Aunque el miércoles fue el día por antomasia de la mujer, también se produjeron algunos eventos dignos de mención en el Real del González Hontoria. No hay que olvidar la proyección que tiene la Feria de cara al exterior y la importante propaganda que supone para la imagen de la ciudad. Por ello, la primera regidora ofreció una recepción a 80 agentes turísticos alemanes que se encuentran estos días conociendo la provincia, con el fin de acercarles a la fiesta jerezana.

Los profesionales germanos cuentan con un amplio programa de actividades durante su estancia en estas tierras, pero sin lugar a dudas su visita a la Feria del Caballo supuso el plato fuerte del calendario. Tras la recepción, el Ayuntamiento les ofreció una cena con productos típicamente jerezanos, seguida de un recorrido por el Real y las diversas casetas.

Programa equino

Ayer también se inauguró el Concurso de Doma Vaquera, que supone una parte imprescindible de una Feria dedicada al caballo. Así, el Depósito de Sementales acogió la fase clasificatoria del certamen, con 20 participantes que desarrollaron cada uno una tanda de ejercicios durante ocho minutos. Hoy jueves tendrá lugar en el mismo escenario la fase final del concurso, en la que participarán los diez animales que hayan resultado mejor clasificados.

Este día también será especial para los aficionados al citado deporte, ya que abrirá sus puertas Equisur, en su XVIII edición. El Palacio de Congresos Ifeca volverá un año más a acoger el evento, que contará con cuatro partes diferenciadas: la exposición comercial, el XLII Concurso Morfológico de Ganado Selecto Caballar, la muestra de pinturas y las exhibiciones hípicas paralelas. Un ecuador de la Feria que se presenta prometedor, y que no han de perderse visitantes ni jerezanos.