MUNDO

Los Marines de EE UU piden libertad de acción en Afganistán

| ENVIADO ESPECIAL. NAYIL Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En Camp Nayil huele a pólvora. La base estadounidense se encarama a una montaña de 2.000 metros de altura y frente a ella hay una meseta desde la que la insurgencia ataca cada noche. En este lugar, como en otras cientos de pequeñas bases repartidas por Afganistán, la falta de tropas contrasta con el derroche de los grandes campamentos donde la administración ocupa a miles de militares «que juegan a la Wii y engordan como cerdos», señala uno de los jóvenes soldados en Camp Nayil.

«Aquí siente uno realmente que está en Afganistán y que trata de llevar el Gobierno a lugares donde nunca antes nadie había llegado», confiesa el teniente Cordova. Todo el mundo coincide en la necesidad de más militares y esperan mucho de los refuerzos prometidos por Obama. Según algunos mandos consultados, «al menos 7.000 marines llegarán desde Irak con el objetivo de centrarse en una sola provincia», que podría ser Helmand, uno de los lugares más complicados del país. Los Marines exigen libertad de movimientos y capacidad de liderazgo. La idea sería repetir un despliegue que ya funcionó en Irak, donde este cuerpo fue el responsable de lidiar en Al-Anbar. Los otros 14.000 tendrían el objetivo claro de «intentar formar una especie de barrera para monitorizar la frontera con Pakistán».