El Ayuntamiento apuesta por trasladar el botellódromo por el descontento vecinal

Las reiteradas protestas llevadas a cabo por los vecinos de Chapín parece que han comenzado a dar sus frutos, ya que el Gobierno local se plantea la posibilidad de cambiar de ubicación el botellódromo. Si el pasado miércoles la asociación vecinal trasladaba nuevamente a la alcaldesa su descontento al respecto, ayer el delegado de Juventud, Francisco Benavente, anunciaba la posibilidad de convocar a la Mesa de la Convivencia para que trate específicamente este asunto, reconociendo que «puede que el lugar actual no sea el más adecuado».

En cuanto a los emplazamientos que se barajan, aún no ha trascendido la información aunque sí está claro que no se tratará de la zona de Área Sur, como advirtió Pilar Sánchez a los residentes de Chapín, al tratarse de terrenos de carácter privado. Ésta era precisamente la alternativa estrella para los afectados, que se han quejado continuamente de las molestias que conlleva un espacio de ocio habilitado en la avenida de Chiribitos, que supuestamente iba a ser provisional.

De lo que sí se ha percatado el Ayuntamiento es de que resulta casi imposible conciliar el descanso de los ciudadanos con la diversión juvenil en este punto concreto de la Zona Norte, por lo que las delegaciones competentes se pondrán manos a la obra para buscar otro tipo de soluciones. En la misma línea se expresó ayer la delegada de Participación Ciudadana, Miriam Alconchel, que si bien contradijo a Benavent cuando apuntó que hoy por hoy no está prevista la convocatoria de la citada Mesa, sí confirmó que se llevará a cabo un calendario de contactos con todos los colectivos afectados, para perfilar los detalles de la posible reubicación.

Hay que recordar, sin embargo, como aclaró el delegado de Juventud, que el Consistorio no está obligado a ofrecer un lugar determinado para el consumo de alcohol en la calle. La conocida como Ley Antibotellón recoge la posibilidad de que las ciudades cuenten con botellódromos, aunque los gobiernos sólo los habilitarán si lo consideran oportuno. En el caso de Jerez, a pesar de su existencia el pasado año fueron 868 los jóvenes multados por beber en zonas no autorizadas, una cifra que podría incrementarse en fechas venideras si desaparece el llamado espacio de ocio.

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