DETALLE DEL 'MURO'. Así quedará la pared de los carriles que conectan con la avenida de la Bahía, la mayor crítica a esta opción. / M. G.
CÁDIZ

Los vecinos apoyan la conexión del nuevo puente propuesta por Fomento

Las asociaciones convocadas entienden que «la mejor y más segura» es la opción actual, que prevé carriles subterráneos y la rotonda elevada tres metros sobre el suelo

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José Manuel Hesle, presidente de la asociación de vecinos de Puntales, aportó ayer el más acertado motivo de debate al denunciar que la actitud de las administraciones «no es seria respecto a las grandes obras previstas en el frente marítimo de la Bahía. Esto no es la obra de un cuarto de baño. El futuro urbanístico de Astilleros está sin planificar. Un día se debate sobre el segundo puente. Otro día, sobre la rotonda. Ahora, está por definir el trazado del tranvía por la zona. Luego queda por aclarar el tráfico de camiones... no es serio».

El representante de los residentes en Puntales solicitó un «debate global, un estudio común» sobre el futuro de la zona, en la que, por ejemplo, se acaba de inaugurar un paseo marítimo y se construye una piscina sin saber si un tranvía pasará a pocos metros.

La creación de un paso subterráneo junto a la Carretera Industrial para el tránsito de contenedores fue acordado el pasado marzo. Con el resto de proyectos ya en marcha. La imprevisión o, al menos, la descoordinación entre grandes infraestructuras que estarán conectadas parece evidente: «No podemos debatir una cosa cada día. Los técnicos de todas las administraciones deben diseñar ya un plan común. Que lo debatan todo, el tiempo que sea preciso, que se pongan de acuerdo y luego nos lo cuenten, porque lo queremos oir de primera mano», aseguró.

Uno de los efectos del segundo puente que, hasta ayer, había quedado al margen del debate es la contaminación sonora. Los residentes en los pisos más cercanos a la rotonda (algunos a menos de 30 metros) serán los más afectados. Un inconveniente de bajar la altura del famoso «muro» que provocan los carriles subterráneos (del actual proyecto de Fomento) es que crece el ruido. Los técnicos se comprometieron ayer a intentar utilizar el mismo asfalto que ya se usa en los ampliados carriles del Río San Pedro, que lo reducen a la mitad. Por hablar en el mismo lenguaje («en cristiano») que los vecinos de Extramuros reclamaron ayer a los expertos: el actual proyecto de conexión del segundo puente con la ciudad de Cádiz no tendrá oposición social de ningún tipo entre los residentes en las zonas colindantes. Desde ayer, y a falta de asambleas posteriores, tiene las bendiciones del pueblo. Al menos del afectado directamente.

El encuentro mantenido, durante 80 minutos, entre siete colectivos (seis vecinales y un club deportivo) con responsables técnicos del Ministerio de Fomento se saldó con el entendimiento. Las voces de Pedro Rodríguez Armenteros (ingeniero jefe de Fomento en Andalucía) y Marcos Martín (ingeniero director de la imponente obra) fueron las encargados de exponer detalles, explicar alternativas y responder preguntas.

Lo mejor o lo menos malo

Los portavoces de los residentes en Barriada de La Paz, Puntales y Astilleros salieron con la certeza, unánime, de que el proyecto actual «es bueno, serio y seguro».

Les expusieron todas las opciones posibles (desde que el puente toque tierra en cota cero hasta la creación de dobles y hasta triples carriles subterráneos en la rotonda). Cada una con ventajas e inconvenientes, cada una con un nivel de riesgo previsto para los peatones, los conductores o la fluidez del tráfico.

La reacción, sin fisuras, transmitida por José Manuel Hesle, Luis Arenal y Francisco del Río es que la propuesta actual de Fomento es la más oportuna, la más conveniente o, como mínimo, la menos mala. El adjetivo que más veces utilizaron para definir su apoyo fue «segura».

Esta opción tiene, como características fundamentales, que la rotonda de unión con el nuevo puente está elevada entre dos y tres metros sobre el firme actual, para dejar espacio en el que construir carriles subterráneos (por los que circularán los que pasen de la avenida de Las Cortes a la avenida de la Bahía o viceversa).

El Ayuntamiento encabezó hace un mes una denuncia según la cual esta propuesta creaba «un muro de la vergüenza» que aislaba a los residentes de los edificios de viviendas más cercanos. Las asociaciones de vecinos acogieron esta alarma y anunciaron movilizaciones si ese supuesto se confirmaba cuando Fomento les explicase la opción «de primera mano».

Eso ya ha sucedido y el rechazo que encabezaba Teófila Martínez ha quedado desactivado. Los vecinos admiten que esa pared (lateral de los carriles que pasan bajo la rotonda) será «lo más baja posible y estará separada de los portales, cuanto más, mejor. Siempre dentro de las posibilidades técnicas», ese alivio a la mayor pega del proyecto fue suficente para los representantes sociales.

Según consideran, las rampas para peatones, los semáforos en los carriles superiores y los nuevos espacios garantizan que el aislamiento de los vecinos más cercanos será menor, tolerable.

Ventajas y pegas

Durante el encuentro, los dos altos responsables técnicos y los vecinos estudiaron las restantes opciones. La que defiende el Ayuntamiento (que el puente toque tierra a cota cero, sin esos tres metros de altura para los carriles subterráneos que ya no existirían) también se trató ampliamente. Aunque tendría la ventaja de eliminar cualquier obstáculo visual para los vecinos de los edificios cercanos, tiene otros inconvenientes.

Los mayores, según los vecinos, son tres. En primer término y como argumento más comentado, sería mucho más insegura para conductores, residentes y peatones (la pendiente de bajada del puente sería mayor y los semáforos para peatones interrumpirían el tráfico que llega de esta nueva nueva vía). En segundo lugar, provocaría grandes retenciones (los carriles del puente y los de las avenidas confluirían en la misma rotonda, sin el desahogo de pasos subterráneos).

Por último, impediría la continuación del paseo marítimo recién construido (habría que hacer rellenos en la Bahía y alejar el paso peatonal hasta la altura del tercer pilar del puente). Así las cosas, los vecinos dictaron sentencia: «Preferimos el plan de Fomento».