Los forenses Omer Muslumanoglu y Bulent Sam (en el centro con corbata) a la entrada de la Audiencia Nacional. / EFE
ESPAÑA

Navarro «prometió» a los forenses turcos identificar los cuerpos del 'Yak' en España

La Fiscalía mantiene la petición de cinco años de cárcel para el general médico y para cuatro de sus subordinados

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Los forenses turcos que ayudaron a identificar los cadáveres de los militares del Yak-42 declararon ayer ante el tribunal que juzga los errores en las filiaciones de 30 de ellos que el general médico Vicente Navarro, principal acusado, les «prometió» que practicaría las autopsias de los cuerpos sin reconocer cuando llegasen a España. Una labor que finalmente no se produjo y cuya posibilidad tampoco fue comentada a los familiares de las víctimas, que se llevaron los féretros de los suyos tras concluir el funeral de Estado.

La presencia como testigos de los forenses turcos fue recibida con aplausos por los asistentes a la vista pública. El pasado 31 de marzo, el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, había desestimado sus testimonios, como pedían la Fiscalía y las acusaciones particulares, por «irrelevantes». Sin embargo, ayer reconsideró su postura con la justificación de que, en un juicio de estas características, «se pueden proponer nuevas o sorpresivas pruebas».

Tanto Bulent Sam como Omer Muslumanoglu aterrizaron por su cuenta y riesgo en Madrid la noche anterior. No sabían si su presencia iba a cambiar la opinión del tribunal, pero decidieron coger el avión desde Estambul atendiendo a las demandas de los familiares. Querían «salvar su honor» y defenderse de las acusaciones del general Navarro, que en su declaración les imputó mala praxis y trabas durante la identificación de los cadáveres. Sus testimonios, por lo tanto, eran muy esperados y no decepcionaron. Ambos fueron desmontando, uno a uno, los argumentos de defensa del general médico y sus dos subordinados, el comandante José Ramírez y el capitán Miguel Sáez, también acusados de un delito de falsedad de documento oficial, cometido en las actas de defunción y necropsia. La Fiscalía decidió mantener su petición de condenas: cinco años de prisión para el general Navarro y cuatro años y medio para sus colaboradores.

Los forenses vinieron a incidir en «las prisas» que tenía el general Navarro para acabar «cuanto antes» las identificaciones y firmar las repatriaciones para llegar al funeral de Estado que se iba a celebrar horas después en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid).

-«¿Les presionaron para concluir las filiaciones?», preguntó el fiscal Fernando Burgos.

-«Insistieron en llevárselos. Dijeron que no podían esperar a los resultados de ADN de los cuerpos sin reconocer», respondió Bulent Sam, jefe de los especialistas turcos.

-«¿Les dieron alguna razón?», inquirió el fiscal.

-«Que el avión esperaba y que tenían que llegar al funeral de Estado. Nos prometieron que los acabarían de identificar en España, que ellos se responsabilizaban», concluyó el forense.

«Olía a alcohol»

En el ambiente de la vista flotaban las declaraciones que días antes había formulado Bulent Sam a un diario, en las que aseguraba que el general Navarro «iba borracho» durante el proceso de filiación de los cadáveres. Un comentario que ratificó a preguntas de la defensa del principal acusado. «Estaba consciente para trabajar, pero olía a alcohol y eso lo vio todo el equipo», señaló.

Ya en la calle, una vez concluida la vista, el propio forense añadió que en la sala donde se encontraba el general había una botella de vodka grande y que no le hubiera dado más importancia si no hubiera sido por las «mentiras» que ha contado Navarro sobre ellos en el juicio.

Los dos forenses contradijeron el testimonio del militar al asegurar que el acta de entrega de los cadáveres «fue traducida al español» por el intérprete del consulado en Estambul. El pasado 25 de marzo, el propio general había señalado que «mentiría» si hubiera firmado el acta a sabiendas de que había cuerpos sin identificar. «Firmé pese a que todo estaba en turco y no entendía nada», dijo entonces. En otro momento del interrogatorio, los especialistas médicos coincidieron en afirmar que los cadáveres eran llevados de las bolsas a los ataúdes por militares españoles y que en ningún momento atisbaron la presencia de soldados turcos. Un proceso, en cambio, que el propio Navarro atribuyó a estos últimos, dejando entrever que en ese intercambio se produjo el «baile de números».

El juicio se vuelve a aplazar hasta el próximo lunes con las conclusiones de las partes y, previsiblemente, el martes quedará visto para sentencia. En su escrito, además de mantener las condenas, la Fiscalía incluye en el apartado de responsabilidad civil a la aseguradora del Ministerio de Defensa y como subsidiario al Estado por si los acusados no pudieran asumir la multa económica.