Picasso desbanca a Warhol

Siempre renegó de la etiqueta de genio, pero el mercado sigue empeñado en quitarle la razón. Pablo Picasso se acaba de aupar al primer puesto del top-10 de artistas más cotizados del planeta, elaborado anualmente por Artprice. La prestigiosa consultora francesa sitúa en el trono virtual al pintor y escultor malagueño en detrimento del mesías del arte pop, Andy Warhol. Es una cuestión de dinero. Las obras del impulsor del movimiento cubista recaudaron el año pasado en las subastas 194 millones de euros, cinco más que el idolatrado autor norteamericano. El rey de las ventas en 2007 ha sido incluso relegado al tercer escalón del podio al ser superado por un pujante Francis Bacon.

Si algo deja claro el informe es que los grandes nombres contemporáneos no dejan de acaparar las ganancias en las pujas. La crisis tampoco ayuda a apostar por los nuevos valores. Hasta los diez primeros espadas han visto reducido de manera sustanciosa el valor alcanzado por sus obras, que experimentaron un bajón de unos 100 millones al situarse en los 1.257. Eso supone aproximadamente el 20% del total del dinero recolectado en las subastas cuando sus piezas constituyen «sólo el 1,5% de las que se han puesto a la venta», según constata el estudio.

El auge de Hirst

Suele decirse en el mundo de los escenarios que los viejos rockeros nunca mueren y, a tenor de las últimos estadísticas, en el bazar del arte ocurre algo parecido. Únicamente dos virtuosos actuales consiguen colarse en la privilegiada lista de diez creadores con el caché más alto: Damien Hirst y el alemán Gerhard Richter.

El propio informe resalta la «espectacular» ascensión del artista británico, cuyas provocadoras piezas alcanzaron un valor de 170 millones -el triple que el ejercicio anterior-. Su escalada ha sido meteórica en los dos últimos años, período en el que el artista pasa de la 58ª posición a la cuarta. Hirst se convierte así en el artista vivo más importante del momento y, de continuar por el mismo camino, su llegada a la primera plaza puede ser cuestión de meses. Es difícil de prever si sucederá, dado el impacto negativo de la recesión internacional, que provocó sonados patinazos económicos y la suspensión de varias subastas de renombre. La cantidad ingresada por las creaciones del propio Picasso podría haber sido mayor si el pasado mes de noviembre no llega a cancelarse la venta del Arlequín en Sotherby's por el temor de su dueño a un fracaso en la recaudación. La casa de subastas había calculado inicialmente que el preciado cuadro hubiera alcanzado en Nueva York un precio de martillo por encima de los 22 millones de euros.

Muchos coleccionistas han optado también por congelar la puja por algunas obras del creador del Guernica a la espera de que amaine el temporal financiero, pese a lo cual su cotización apenas se ha resentido en los últimos tres años. Parece que nunca pasa de moda.