Entre dos bellas defensas

Nos vamos a la portada de acceso al monasterio cartujo de Nuestra Señora de la Defensión. Portada de estilo renacentista, con ajustes grecorromanos, edificada en el año 1571 y diseñada por el gran maestro de obras Andrés de Ribera. La instantánea que ilustra no es actual, sino de al menos unos cuarenta años. Vemos algunos detalles que actualmente han cambiado, como la palmera que aparece en primer plano y el arco triunfal en la parte centro de la portada que carecía de portalón de madera. Hoy día, existe una puerta que cierra el acceso al lugar donde habitan las Hermanas de Belén, actuales custodias del monasterio.

Gran portada que forma parte de ese grupo de grandes obras arquitectónicas de la ciudad de Jerez. Destacar las bellas hornacinas que se pueden observar sobre el gran arco central y que representan a la Santísima Virgen, a San Bruno y San Juan Bautistas. Asimismo, culminando esta obra, la representación de Dios.

Y otra joya que en su día cruzó el umbral de esta portada saldrá un año más a las calles de Jerez. Se trata del Cristo de la Defensión, encargo hecho por los padres capuchinos al ilustre imaginero de la Corte y oriundo de Valencia, José Esteve Bonet.

Fue en 1795 cuando llegó, junto con una imagen de la Virgen que sería la titular del monasterio de la Defensión, y fue de esta forma ya que la comunidad capuchina supo de un encargo hecho por los cartujos jerezanos a este imaginero valenciano: la de la Virgen Titular del monasterio. Dentro del pedido se aprovechó para encargarle un Cristo crucificado de tamaño natural. Fue en febrero de 1795 cuando el Cristo arribó a la Cartuja junto a la imagen de su Madre. Y un mes más tarde, cuando cruzara el arco de la portada de Andrés de Ribera, camino de Jerez, para ir al convento capuchino.

Dos joyas que son iconos de la ciudad. La portada que cumple con la función de entrada al monasterio de la Cartuja y el Santísimo Cristo de la Defensión que hoy recorrerá las calles de Jerez.