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Carlos Calvo se prepara para suplir en el once a Pedro Ríos

Apuesta por ascender, «aunque sea en la última jornada de Liga» Considera que «el vestuario está más ilusionado que presionado»

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La puerta del once titular se vuelve a abrir para Carlos Calvo. La culpa la tuvo la cartulina amarilla que vio Pedro Ríos al protestar aquella presunta falta que Jorge López realiza a Chema en el primer tanto del conjunto maño. Esa amonestación hizo que Perico alcanzara el ciclo sancionador y se tuviera que quedar esta semana en Jerez. Situación que espera aprovechar un Carlos Calvo que se ve con «más posibilidades al tener la baja de Pedro Ríos, aunque tengo en cuenta que pueden jugar otros compañeros. Yo voy a trabajar para ponérselo más difícil al míster».

El madrileño del Xerez Club Depotivo salió del once titular hace algunas semanas. Algo que por una parte sí le «sorprendió porque el equipo estaba sacando buenos resultados. La cosa iba bastante bien a pesar de que en mi último partido no tuve una buena actuación, pero somos 24 ó 25 compañeros que todos queremos jugar y el míster es el que tiene que decidir».

Carlos opina que la crítica se cebó especialmente en su persona y mantiene que existen casos de jugadores que «cuando lo hacemos bien no se nos da tanta importancia como cuando lo hacemos mal. A lo mejor sí que es verdad que nos dan un poco más de caña, pero esto es fútbol y no hay que darle más importancia».

Bajo rendimiento

Los últimos resultados logrados por el Deportivo obligan a Calvo a reconocer que «no hemos estado como solíamos, pero también es cierto que nos hemos enfrentado al Zaragoza y a la Real Sociedad, que son los dos equipos que cuentan con mayor presupuesto de toda la categoría. No hay que darle más importancia. Es verdad que podríamos haber sacado algún punto más, pero también hay que tener en cuenta que son rivales muy fuertes y que en cualquier momento te pueden ganar. No fueron mejores en ningún momento».

A estas alturas de la temporada, los malos resultados se suelen achacar al agotamiento físico de la plantilla, por eso se le preguntó ayer directamente a Carlos Calvo: ¿Se siente agotado? «Yo no estoy cansado. Creo que ese no es el motivo porque el preparador físico hace un trabajo muy bueno, creo que los compañeros estamos muy bien físicamente. Puede que exista algún caso puntual de alguno que ha jugado muchos partidos y no está acostumbrados a disputar tantos minutos. En una temporada siempre vienen rachas buenas y malas. Ahora parece ser que nos ha venido la mala porque hemos perdido dos partidos, pero venciendo dos encuentros consecutivos todo esto cambia».

La escasez de victorias en las últimas jornadas han hecho perder al conjunto azulino el colchón de puntos que mantenía con el resto de sus rivales y ahora siente mucho más cerca el aliento de sus rivales directos. Por ello, parece que el suspense se podría mantener hasta el último partido: «Firmaría subir el último encuentro de Liga. Si se va a lograr, firmo aunque sea el último partido. Está claro que me gustaría ganar seis jornadas consecutivas y ascender, pero eso es muy difícil. No suelo mirar mucho el calendario. Sé lo que nos viene, pero no soy de los que mira mucho. Está claro que uno siempre hace sus cuentas y sus cálculos, pero no le suelo dar mucha importancia». ¿Y salen los números? «Claro que salen las cuentas. Quedan 36 puntos y pienso que ganando la mitad se puede alcanzar el sueño que tenemos todos, pero es mejor ir partido a partido. El siguiente rival es el Murcia y tenemos que intentar vencer, ya que si ganamos sacaremos distancia o nos pondremos primeros otra vez».

¿Presión o ilusión?

Otro de los argumentos que se suele utilizar para explicar los malos resultados es la presión pero Carlos Calvo piensa que «el equipo no está notando la presión. Es más, opino que el equipo está jugando más con la ilusión que con la presión. Nuestro objetivo al principio de la temporada era salvar la categoría y ahora estamos arriba y podemos pelear por otra cosa mucho más bonita. Creo que ahora hay que jugar más con la ilusión que con la presión. Creo que el vestuario está ilusionado más que presionado». Además, considera que la agonía del descenso y la ilusión del ascenso «no tienen nada que ver. El año pasado jugábamos con la presión de que si no sacábamos los partidos las cuentas no nos llegaban. Si hubiéramos perdido algún encuentro más que el del Córdoba no nos habríamos salvado. Este año es diferente porque sabes que tienes margen de error. Sabes que están apretando, pero jugamos con otra tranquilidad y otra ilusión, que es la que hace que todo sea más fácil».

A nivel personal, uno de sus puntos negros se encuentra en su casillero de goles, pues «lo cierto es que está siendo una temporada mala en ese sentido. Siempre he marcado seis o siete goles. Esta temporada no hay excusas. Me gustaría mejorarlo».