SOCIEDAD

Michelle reina en la cumbre

La ausencia de Carla Bruni -y la de Sonsoles Espinosa, su 'relevo natural'- dejan sin competencia a la primera dama estadounidense

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El otro lado de la cumbre londinense del G-20 ha vuelto locos a los británicos, que se morían por ver juntas a Michelle Obama y Carla Bruni. Pero no pudo ser, porque la segunda hizo mutis en esta ocasión. Aseguraban algunos medios que se siente incómoda en el papel de 'acompañante florero' que tienen que sufrir las -y también los- cónyuges en este tipo de reuniones. Otros apuntaban más bajo y decían que lo que le pasa a Carla es que no quiere ser 'la segunda', a la sombra de la primera dama estadounidense, que ya está siendo comparada con Jackie Kennedy. Pero en realidad, la esposa de Sarkozy no viajó a Londres porque sólo acompaña a su marido en los viajes de Estado.

Sin Carla de por medio, Michelle se convirtió ayer en la reina del G-20. Es su primer viaje como primera dama y todo lo que dice y hace es objeto de escrutinio, desde las clases apresuradas de protocolo que al parecer recibió en pleno vuelo hacia Londres hasta los zapatos de tacón bajo que lució ayer en sus primeros posados junto a Sarah Brown, esposa del primer ministro británico, Gordon Brown, y que algunos críticos consideraron mal conjuntados con la falda de tubo sin medias y el cárdigan de media manga que vestía. El modelo de Michelle Obama, de la firma estadounidense J Crew, está valorado en 454 dólares (unos 343 euros), muy lejos de los 9.000 dólares (6.800 euros) que llegó a gastarse la ex primera dama de EE UU Laura Bush en algunas de sus citas oficiales.

Una falta de ortografía

Acompañada por Brown, que vestía un traje de 495 euros y cuya labor como anfitriona fue poco menos que destrozada por la prensa británica a causa de una falta de ortografía en las invitaciones, Michelle visitó un centro londinense especializado en el tratamiento de enfermos de cáncer. Después, ya con su marido, fue recibida por Isabel II en el palacio de Buckingham. Toda una distinción, porque los demás mandatarios y sus cónyuges saludaron a la reina después y lo hicieron en grupo.

Para compensar la ausencia de Bruni y de la mujer de Berlusconi, la ex actriz Veronica Lario, los periódicos británicos -los 'amarillistas' y los que se supone que no lo son- buscaron ayer otras protagonistas en lo que llamaron 'la cumbre de los bolsos'. Así, se fijaron en Laureen Teskey Harper, la polifacética mujer del primer ministro canadiense. Ex vigilante de la playa de las de verdad, Laureen es motera, fotógrafa y acoge gatitos abandonados, según destacó 'The Guardian'. Los periódicos ingleses también subrayaron que la japonesa Chikako Aso tenía su propia carrera política antes de casarse con el primer ministro, Taro Aso, al que defendió con uñas y dientes en público cuando fue acusado de perder su tiempo de trabajo leyendo cómics manga. El peso político de Margarita Zavala, primera dama de la historia de México que ha sido además parlamentaria, también fue muy destacado.

No fue Carla Bruni la única cantante que falló en esta reunión de cónyuges. También faltó la mujer de Zapatero, Sonsoles Espinosa, definida por los medios anglosajones como 'succesful classical singer'. En cambio, asistió la india Gursharan Kaur, famosa en la comunidad sij de Delhi por su carrera como cantante tradicional. La que sí parecía sentirse de lo más cómoda en su papel de simple acompañante fue la rusa Svetlana Medvedeva, de la que sólo trascendió que se moría por ir de compras a las tiendas más selectas de Londres. Para evitar a los paparazzi, la sesión de 'shopping' fue sustituida por una visita a la abadía de Westminster guiada por el deán del templo, el reverendo John Hall.

Todas las esposas asistieron a una cena paralela a la que degustaron sus maridos en el número 10 de Downing Street. Ellas y ellos cenaron por separado pero comieron lo mismo, un menú nada ostentoso y políticamente correcto del chef británico Jamie Oliver. En la cena, a la que asistieron celebridades como la modelo Naomi Campbell y la actriz Ruth Jones, Michelle Obama se sentó entre J.K. Rowling, la autora de la saga literaria de Harry Potter, y la atleta británica Kelly Holmes.

Los dos 'señores de' que iban a formar parte de 'la cumbre de los bolsos' excusaron su asistencia por problemas de agenda. El esposo de la canciller alemana, Angela Merkel, Joachim Sauer, es un físico cuántico que prefiere discutir sobre partículas elementales a tomar el té con cónyuges de mandatarios, y Néstor Kirchner, el marido de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Él ya cubrió su cuota de actos sociales y reuniones en la cumbre cuando ocupó el mismo cargo que ostenta ahora su mujer.

Las otras ausentes fueron las siete esposas del rey de Arabia Saudí, Abdullah Bin-Abd-al-Aziz Al Saud. En general las mujeres de los mandatarios árabes no suelen acompañar a sus maridos, pero es que además la poligamia genera ciertos problemas de protocolo, por ejemplo a la hora de distribuir a las comensales en una mesa.