DIQUE. El buque de vigilancia litoral 'Yavire' encargado por Venezuela se deslizó hasta la Bahía en el astillero de San Fernando. / ROMÁN RÍOS
Ciudadanos

Navantia sólo aspira este año a un contrato con Australia para diez lanchas

Las seis fragatas para Grecia están casi perdidas después de que la armada helena haya firmado un preacuerdo con un astillero francés para la construcción de los buques

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Este año no es el más apropiado para conseguir grandes contratos. Si las empresas, grandes y pequeñas, se aprietan el cinturón y miran con lupa cada céntimo que sale de la caja, los gobiernos no son menos. El único contrato que tiene en perspectiva Navantia con posibilidad de caer del lado de la constructora naval pública es el de doce lanchas de desembarco para la Armada de Australia. Esta es la única posibilidad, hoy por hoy, de que los astilleros de la Bahía puedan aumentar su carga de trabajo más allá del horizonte de fin de 2011, donde la compañía sitúa la duración de los programas de construcción que tiene contratados en la actualidad.

La firma naval ya trabaja en su centro de producción de Ferrol-Fene en dos buques anfibios para la Armada de la isla continente, que en su 80% se construyen en las instalaciones gallegas y el resto, en tierra del cliente. Se trata del mismo tipo de buque de proyección estratégica que ya hizo Navantia para la Armada española y para cuyo modelo se construyeron doce lanchas de desembarco LCM que tienen en Puntales su puerto base. La última de ellas fue entregada a la marina nacional en enero de 2008. El Gobierno australiano aún no se ha pronunciado, aunque lo hará entre los próximos meses de octubre y noviembre previsiblemente. No obstante, la entrega al Australia de las embarcaciones anfibias con las que hacen tándem, y que se manufacturan en Ferrol, no está prevista hasta el año 2013, por lo que su Armada no tiene especial prisa en firmar este nuevo contrato. Esta oferta fue presentada al Gobierno Australiano hace más de un año. Otra de las ventajas con las que cuenta la propuesta de la empresa española es que se cumple la exigencia de su Armada de que las lanchas tengan capacidad de transporte para carros de combate.

Cada una de estas embarcaciones puede trasladar a 170 infantes de marina y es capaz de desplazar 111 toneladas cuando se encuentra a plena carga. El encargo de construcción de estos barcos supondrían más de 270.000 horas de trabajo en los centros de producción de la compañía en la Bahía.

Iniciativas comerciales

El presidente de la constructora naval pública, Juan Pedro Gómez, señaló que la compañía se encuentra en conversaciones con varias armadas con el fin de adjudicarse algún encargo de construcción. «No me atrevo en estos momentos a desvelar los contactos iniciales que hemos realizado para no perturbar las negociaciones que se están produciendo de forma discreta y esperamos que salgan adelante algunos de estos programas, que podrían traer nuevas cargas de trabajo para la Bahía de Cádiz», reveló el máximo responsable de Navantia. Gómez declinó dar más detalles al respecto por encontrarse la empresa aún en conversaciones con las marinas a las que aludió y de las que no reveló su identidad.

El encargo que parece haberse ido con otro rumbo es el de seis fragatas para la Armada griega en el que Navantia tenía puestas grandes esperanzas. El Gobierno heleno no ha tomado aún una decisión definitiva al respecto, sin embargo ha firmado un preacuerdo de contrato con un astillero francés. Aún no está todo perdido, existen alguna probabilidad, aunque resulta casi seguro que será el astillero galo el que fnalmente se lleve el gato al agua y se quede con la construcción de estos seis buques de guerra.

No es el único contrato al que aspiraba la compañía y que ha terminado por tomar otro derrotero. El año pasado ya se quedó en agua de borrajas la puja por la construcción de seis submarinos del tipo S80 para la Armada turca. Ankara, como era previsible, acabó por decantarse por una empresa alemana. Gran parte de la construcción de estos navíos hubiera pasado -como sucede con los cuatro que se hacen por encargo del Ministerio de Defensa- por los centros de producción de Navantia en Cartagena y Ferrol; sin embargo, la Fábrica de Artillería de Bazán (Faba) en San Fernando, hubiera sido la encargada de realizar su Núcleo Integrado del Sistema de Combate, así como el de comunicaciones.

La producción civil no puede superar el 20% de la facturación total de la compañía y está restringida al astillero de Puerto Real. Durante el pasado ejercicio se entregaron los tres cascos de quimiqueros que encargó la empresa Vulcano para un cliente ruso y en los próximos meses se entregarán los dos buques ro-ro para Trasmediterránea. Hace tres años que Navantia no consigue un nuevo contrato y hace unas semanas recibió un mazazo en forma de cancelación de un tercer ro-ro que contrató la empresa del grupo Acciona.

jlopez@lavozdigital.es