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«Jugar al fútbol en Lucena es difícil»

Nene Montero, ex entrenador del Lucena, habla de las peculiaridades del campo lucentino . «El Melilla nos vino a jugar abiertos y salió escaldado», dice como prueba de sus ideas.

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Quien mejor que el que creador del actual Lucena para orientar al Cádiz en su siguiente compromiso liguero. Nene Montero ascendió al equipo cordobés a la categoría de bronce y esta temporada lo ha dirigido con sobrada dignidad hasta dejarlo en mitad de la tabla antes de que la directiva lucentina -inexplicablemente- lo destituyera en la jornada decimo sexta. Una decisión que no sentó nada bien a la afición cordobesa que ha visto que en once jornadas el nuevo cuerpo técnico ha dilapidado un colchón de nueve puntos dejando el equipo instalado en la promoción de permanencia y a un paso del precipicio (tres puntos). A pesar de encontrarse en el paro por una decisión injusta de la directiva lucentina y de su cariño al cadismo, Nene Montero no puede ocultar su predilección por el Lucena en el partido de este do-mingo. «Ahora mismo el Lucena necesita más los puntos que el Cádiz», argumenta para guardar respeto al Cádiz.

Sin ganas de hacer de topo ca-dista por ser el arquitecto del actual Lucena por respeto a su anterior club, Montero avisa, a regañadientes, que «jugar al fútbol en Lucena es difícil. Vamos, los equipos que han ido a jugarnos han salido mal». Y va a más, «nos quiso jugar el Melilla y salió escaldado».

Sin lugar a dudas, el hecho de jugar en un campo de césped artificial y de reducidas dimensiones hacen que las palabras de Montero cobren veracidad. «El campo es pequeño, demasiado pequeño», advierte. «Tiene 60 metros de ancho y la verdad es que el fútbol directo está a la orden del día».

Y si el buen fútbol, el de toque y rápida transición de balón, no es la mejor opción para sacar rentabilidad en la ciudad deportiva del Lucena, Nene enseña al Cádiz otras alternativas. Como por ejemplo, las jugadas a balón parado. Y por eso dice que en el campo del Lucena «gana el mejor estratega».

El año del ascenso a Segunda B y la temporada pasada -donde el Lucena terminó en décimo lugar-, el equipo cordobés jugó en un estadio de césped tradicional donde «nos iba mucho mejor», dice Moreno. Y aprovecha para decir que mientras he estado de entrenador «nos ha ido mucho mejor fuera de nuestra casa que en nuestro propio feudo. El césped artificial nos perjudica», comenta para afirmar que sus equipos apuestan siempre por un fútbol vistoso más que por el directo.

Como un experto conocedor de la categoría, Nene Montero se ve con el derecho de, desde la distancia, aconsejar al Cádiz. Entre otras cosas, porque cuando fue técnico del Motril vivió una temporada muy parecida a la que ahora está viviendo el conjunto gaditano. Aquellas vez Nene Montero tuvo la responsabilidad de llevar las riendas de un Motril de ensueño. Tan de ensueño era que las arcas del club granadino no pudieron soportar no ascender aquel año tras el esfuerzo económico que hicieron para armar un plantillón. Pues bien, aquel Motril (que le metió cinco al Cádiz de Pepe Escalante a las primeras de cambio) lideró con soberana autoridad el grupo IV. Algo que, a toro pasado y según Montero, fue contraproducente. «Seis semanas an-tes de acabar la Liga ya estábamos clasificados para la Liguilla de ascenso, que entonces no son los actuales play offs. Teníamos al cuarto a 18 puntos. Pese a ello, seguimos ganando partidos y caímos en un aburrimiento horrible. Acabamos la Liga regular como campeones pero también habíamos perdido el ritmo y la intensidad y pasó lo que tenía que pasar», lamenta. «El primer partido recibíamos en casa a la Cultural Leonesa y perdimos 0-1. Las siguientes jornadas nos recuperamos pero aquel primer partido fue clave. Llegamos faltos de ritmo mientras que ellos no», recuerda de aquella liguilla en la que acabó ascendiendo el Getafe de Felines.

Aunque espera que no, Montero manifiesta que «eso mismo que nos pasó a nosotros puede pasarle al Cádiz si cae en la relajación» Aquel año Montero tampoco fue partidario de dejar en el banquillo para que descansaran a sus jugadores. «Es verdad que moví el banquillo algo más pero tampoco creí bueno dejarlos en el dique seco tantos partidos. Lo peor es que ganábamos los partidos sin apenas intensidad», repite aún cabreado el malagueño. Por todo ello, Montero destaca que «el Cádiz está demostrando que es un equipo muy fuerte que puede ser campeón pero nunca puede perder la concentración. Debe estar centrado en todo momento».

Nene también hace un repaso de los actuales rivales del Cádiz. Como es obvio, se centra en el Jaén, un equipo muy distinto al gaditano. «No es un equipo preciosista y sí muy efectivo. Es muy serio en defensa y en esta categoría el equipo que menos goles recibe se lleva el gato al agua», vaticina. Aprovecha este comparación de estilo, por cierto que le sorprende la cantidad de goles que recibe el equipo de Javi Gracia, para sentar cátedra sobre el juego bonito y el juego efectivo. En este sentido, comprende que el «Cádiz tenga que hacer un juego alegre en su estadio pero fuera de tu casa nadie te va tocar las palmas, al revés, si pueden, te van a machacar». En la misma dirección, remata con una frase lapidaria que puede sonar a mensaje para Javi Gracia para este domingo en la ratonera de Lucena: «Hay campos donde hay que ir a jugar a todo menos al fútbol», dice exagerando para simplificar su idea. En esta línea, declara que hay campos que «por sus reducidas dimensiones te están diciendo como debes jugar», resume.

Un eterno aspirante al banquillo cadista

Nene Montero nunca ha ocultado su predisposición a sentarse en el banquillo del conjunto cadista. A su querencia al cadismo, se junta los rumores que año tras año lo han vinculado con la entidad amarilla. «Sí, la verdad es que todos los años me llama alguien de la prensa para preguntarme sobre si son ciertos los rumores», comenta.

Pero a razón de la verdad la última vez que la directiva gaditana se puso en contacto con el técnico boquerón fue, precisamente, el año en el que firmó con el Motril.

Lo que sigue siendo cierto es que Montero continúa con la miel en los labios de poder entrenar al equipo de Carranza. «Ojalá que llegue algún día pero la verdad es que ahora sólo le deseo su ascenso a Segunda y más tarde a Primera», comenta elogiando la actual figura de Javi Gracia.

Tras su destitución del banquillo lucentino, dice encontrarse «con el mono de entrenar» pero tendrá que esperarse a la temporada que viene. Y sí, «evidentemente, me gustaría volver a entrenar en Segunda», dice con prudencia aunque avalado por sus últimos buenos resultados.