Opinion

Reunificación necesaria

La dimisión de Salam Fayad, primer ministro palestino, anunciada en pleno proceso de diálogo entre las facciones enfrentadas revela un esperanzador avance en el incipiente proceso de unificación del campo palestino tras el acuerdo firmado con la mediación de Egipto. Pero será preciso superar múltiples reticencias entre al-Fatah y Hamas antes de lograr la reunificación que ya se ha frustrado en otras ocasiones como la conocida bajo el nombre de «Acuerdo de La Meca» que, tras una intensa mediación saudí dio lugar a un Ejecutivo compartido que duró poco y evidenció hasta qué punto es compleja de superar la incompatibilidad entre laicos e islamistas radicales.

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Aquel desencuentro culminó con la toma de control de Gaza por Hamas, que humilló a al-Fatah y fragmentó todo el andamiaje construido bajo el presidente compartido, Mahmud Abbas. Los islamistas, derrotados militarmente en Gaza sobreviven todavía políticamente pero constituyen no solo parte del problema, sino también de la solución y no pueden dejar escapar un reconocimiento político indirecto, ahora que las grandes potencias están decididas a trabajar con un gobierno único, reunificado y nacional.

La dimisión del gobierno Fayad, un economista capaz de bajo perfil político, será efectiva solo a finales de mes, según el calendario pactado. Para entonces habrá nuevo gobierno en Israel y los palestinos están obligados a reunificar sus filas y dotarse de un gobierno normalizado -que convocará elecciones legislativas y presidenciales- capaz de sentarse a negociar o, si la parte israelí rehúsa, lo que no es imposible, cargarse de razón. Porque la fortaleza de su posición será decisiva en la configuración de la nueva Hoja de Ruta para la paz en la región que afrontará el nuevo gobierno de Washington empeñado en relanzar el proceso en el horizonte de una solución con dos Estados. Los palestinos no pueden desaprovechar ese escenario porque desde que concluyó la operación israelí en Gaza quedó claro que el frágil alto el fuego entre palestinos e israelíes debería ser aprovechado para propiciar reubicaciones políticas.