Pepe Puerto capataz de la Piedad «Era imposible decir no aunque sé que voy a tener problemas»

Buen humor, donaire, mano izquierda y mucho optimismo, por no recordar los muchos contactos que semejante cofrade baraja, son atributos que, dadas las circunstancias, se convierten en arma fundamental para llevar a la Capilla del Calvario a los muchos costaleros que hacen falta para que los fantasmas del año pasado no regresen a la Hermandad de la Piedad, que llegó a arrastrar penosamente su presencia en las calles sufriendo males horarios ajenos y precariedades propias.

-¿Cómo te has atrevido, Pepe?

-Mira, Gabriel, para mí es una responsabilidad grandísima porque es una hermandad que no cuenta con suficientes costaleros para abastecerse. Pero es mi hermandad, la he cargado muchos y he llevado el paso de la Urna durante dos años. No me podía negar, era imposible decir que no aunque sé que tendré algunos problemas. A ver cómo sale la cosa.

-Desde luego es un dulce. El Duelo es precioso y la Urna no deja de ofrecer gran solemnidad. Pero te habrán dicho muchos aquello de menudo marrón en el que te metes.

-Pues es que la mayoría de la gente que conozco me ha dicho que si sé dónde me he metido. Con lo difícil que es sacar uno te atreves conlos dos. Pero cómo me niego. Si ya el año pasado tuvimos problemas y el señor de Rota que vino como capataz fue nombrado tras haber hablado con varios capataces de Jerez que se negaron. Pero yo, como miembro de la cofradía, cómo digo que no. Y, sin embargo, es cierto que ha sido cantidad de gente la que me ha dicho algo parecido a eso. Me dicen que no sé dónde me he metido. Pero yo creo que sí. Yo una persona que creo que puedo sacar la cofradía adelante. Creo que cuento con bastante gente de un sitio y de otro

-Si lo consigues te vas a llevar la admiración de todos.

-Esto es complicado. Pero, mira, este jueves fue el tercer ensayo y eso ya es mucho teniendo en cuenta que la Piedad hace ya unos años que no podía ensayar. Es duro decirlo pero es cierto. La Piedad salía prácticamente sin ensayar. Y yo llevo ya varios. Quizá no con cuarenta o cincuenta costaleros en cada paso pero sí con veintitantos. Y eso, para mí, ya es un triunfo. Porque, te insisto, con el Santo Entierro sí se ha ensayado estos años pero con la Piedad no. Vamos, que han igualado el mismo Viernes Santo.

-¿Y a tu juicio cuál es el problema?

-Pues lo primero es que la hermandad no cuenta con juventud suficiente para abastecerse de costaleros propios. Es una hermandad de personas mayores. Segundo, el día también es malo. El Viernes Santo ya viene la gente cansada de cargar pasos, los chavales jóvenes dicen que ese día tiene que sacar a la novia... Después el recorrido es malo, nos recogemos muy tarde... Es un cúmulo de varias cosas. Yo le digo a la gente que le voy a conceder el honor de llevar a la Virgen de la Piedad. Y me dicen que me deje de tanto honor. Y les insisto diciéndole lo bonita que es la imagen. Voy convenciendo a muchos.

-Arte y mano izquierda parece que no te faltan.

-No, no. Jajaja. Tengo también muchas amistades. Soy una persona un poco conocida en Jerez y soy de Los Judíos... Un poquito de aquí y otro poquito de allí, y la gente de la Candelaria que sabía que no me podía fallar, paran en mi cafetería y además ya cargaron con José Luis (Erdozáin y Sánchez) en su día y le tienen mucho aprecio a la hermandad.

-¿Y, a tu juicio, que se recuperara el Sábado Santo solucionaría los problemas de costaleros?

-Yo creo que sí. Quizá no al cien por cien, pero sí nos darían bastantes opciones nuevas. Habría más donde elegir y gente que hubiera cargado el Miércoles o Jueves Santo quizá se animara al estar más descansada. Creo que ganaríamos, sí. Ganaríamos en el tema de la costalería y también en la cofradía en general. Yo siempre he apostado por el Sábado Santo pero ya sabes tú el problema que hay. Yo cargué ya aquél último año, el 83, antes de que nos pasaran al Viernes Santo. Fue el primer año de cuadrilla de hermanos costaleros y yo recuerdo mucha gente en la calle y haber hecho una estación penitencial bonita. Salimos a las cinco y a las once estábamos en casa y yo recuerdo haber disfrutado. El Viernes Santo para nosotros ha sido una losa, yo recuerdo habernos recogido a las cinco de la mañana

-El problema sería que salga todo bien este año, tengas cuadrillas y, solucionado ese problema, se pierdan, al menos, esos argumentos para pidiendo el Sábado Santo.

-Jajaja, vaya. Bueno, pero yo prefiero que se olvide el Sábado Santo y que las cosas salgan bien ya este año, Gabriel. Yo prefiero que sea así, no quiero nada malo para mi hermandad. Y si tenemos que salir el Viernes Santo qué le vamos a hacer. Que todo el mundo salga contento.

-Una de las opciones que se barajaron, más por el Consejo que insistía en ella que por la propia Hermandad, consistía en recogerse por Barranco, Belén, San Lucas, Cabezas, Mercado, Justicia...¿A tí que te parecía, porque tú conoces bien esas calles con Los Judíos?

-Es cierto que esas calles están peores que las que coge normalmente. Y decían que acortábamos recorrido pero el hermano mayor lo midió y al final penas eran ochenta o cien metros. Por distancia no, no sé si lo que se pretendía es que adelantáramos por ir sólos. Hace ocho o diez años tuvimos que coger por ahí por un andamio que había en Francos. Pudimos ahorrar algún tiempo, tal vez, pero no tanto como la Unión de Hermandades pretendía.

-Déjame cambiar de tercio aunque sea al final: ¿Hay algún paso que, en tu fuero interno, te gustaría sumar a Los Judíos o La Piedad como experiencia de capataz?

-Pues te voy a ser sincero, por mi vinculación al barrio de Santa Ana, de La Plata, mi sueño sería llevar alguna vez al Señor de las Misericordias o a la Candelaria. Me he bautizado y he hecho la Comunión ahí, he estudiado en Isabel la Católica, me he criado aquí, tengo un negocio ahora...