PERDIDO. El holandés acabó disgustado con el partido y el resultado. / EFE
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El Atlético frena al Madrid

Los rojiblancos fueron mejores, pero perdonaron cinco claras oportunidades en la segunda parte y no pudieron ganar a su eterno rival diez años después

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El Atlético frenó la euforia del Real Madrid pero no terminó de rematarle en una jornada clave en la que podía haber alejado un poco más a su eterno rival de la lucha por el título. El empate logrado en el Bernabéu ante un Madrid muy gris no dejó al final satisfecho al Atleti, que desaprovechó una grandísima ocasión para ganar a los blancos 10 años después, y hacerlo además en el Bernabéu, donde los rojiblancos fueron mejores que el campeón, que pudo ser goleado después de diez victorias consecutivas en la Liga.

En un derbi repleto de alternativas, ocasiones y emoción, el Atlético perdonó hasta cinco oportunidades claras de gol en una segunda parte en la que el Madrid se mostró incapaz de crear juego y generar ocasiones, aparte de verse desarbolado en defensa por los continuos contragolpes visitantes. Incluso su único gol lo marcó el Madrid en fuera de juego, aunque lo que realmente debe lamentar el Atlético es haber fallado tantísimo frente a Casillas, que volvió a imponer su ley ante a un Agüero que estuvo en la mitad de las ocasiones de su equipo pero se cegó ante el portero madridista.

Sin pegada tras el descanso, el Atleti se quedó con las ganas de hurgar en la herida de un Madrid que volvió a sobrevivir gracias a Casillas y ofreció una mala imagen. Para el Madrid es un doloroso paso atrás, aunque habría sido mucho peor si los rojiblancos hubiesen tenido gol. Lo que de verdad importa.

Higuaín, en el banquillo

Sorprendió Juande Ramos con Robben en el once, Higuaín en el banquillo y Lass en el lateral derecho ante la ausencia por sanción de Pepe, igual que lo hizo Abel al alinear al joven Camacho en el medio campo en lugar de Maniche, y pese a que el Atlético lo acusó en el medio campo, los rojiblancos fueron capaces de salir airosos en la primera parte, lo que ya es noticia, aunque gran parte del mérito fue de Leo Franco. No salieron asustados, como es habitual, cuando se enfrentan al Madrid, que ahora dependen demasiado del individualista Robben, el único que mete miedo en ataque, aunque el Atlético también agradeció el egoísmo del holandés.

Al Atlético le salvó Leo Franco en la primera parte en tres ocasiones, dos ante Robben y otra a un trallazo de Marcelo, poco antes de que Agüero fuese incapaz de batir en un mano a mano a Casillas y de que los rojiblancos, en un contragolpe perfecto, dejasen muy tocados a los madridistas, que ya sabían entonces que el Barça ganaba por 2-0 y habían perdido toda la energía y la fluidez del arranque.

Porque en los primeros minutos mandó la movilidad y ambición del Madrid frente a un rival muy concentrado en defensa, otra novedad de este Atleti que cada vez que cruzaba el medio campo asustaba con Simao y Agüero, pese a la contundencia mostrada por Sergio Ramos, que tenía que multiplicarse en el centro de la defensa, con un juego muy duro. El incansable Lass -cada vez más Makelele- se salió en la banda y frente a la incapacidad de Camacho y Assunçao por intentar limitar el dominio madridista en la medular, los blancos se sentían cómodos, y confiados en que alguno de sus zarpazos aislados encontrase el gol, aunque a Huntelaar apenas le llegaba un balón.

Robben, sólo arriba

Era sólo Robben, como también parece ser costumbre, el que llevaba la ofensiva blanca ante la adelantada zaga visitante. Muy escaso bagaje para el campeón y aspirante al título, que fue de más a menos, y sobre todo, cuando ante una defensa descolocada, surgió un contragolpe letal liderado por Agüero, que llegó a hacer la pared con Ujfalusi y se la dio a Forlán para que rematase con tranquilidad ante Casillas. Al uruguayo no le pudo la presión. Decidió entonces la efectividad. Lo que le faltó al Atlético tras el descanso.

De nuevo tuvo que lamentarse el Atlético de su falta de puntería frente a un Madrid que aunque acosó durante muchos minutos y encerró en su campo a los rojiblancos no dejó de sufrir ante las contras de Agüero y compañía.

No tardó Juande en volver a un sistema más lógico, con Míchel Salgado en la derecha, Lass en el centro, aunque ayudando también en la recuperación junto a la cal, e Higuaín en la delantera, y fue precisamente el argentino el que dio el pase del gol del empate a Huntelaar, aunque el holandés estaba en posición ilegal.

Podía haberse decantado entonces para cualquier lado, con el Madrid dominando y empujando en el área rojiblanca, aunque sin saber cómo entrar ni tener profundidad, y el Atleti respondiendo con continuos contragolpes. Pero ante Casillas se estrellaron Sinama y Agüero. Se les hizo la portería muy pequeña, sobre todo a Sinama, que tuvo varias para desequilibrar el partido.