EL MARIDO. El Moctar S. O. A. es trasladado ayer a la cárcel tras celebrarse el juicio. / NURIA REINA
Ciudadanos

Los padres de la niña mauritana niegan que la forzaran a tener relaciones con su marido

Aseguran ante el juez que cuando la menor tenía 12 años consintió casarse con su primo de 41, al que apenas conocía, y que está acusado de agredirla sexualmente Una treintena de familiares respaldan a los padres y al esposo durante la vista

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La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz celebró ayer la primera sesión del juicio contra los dos padres de una niña mauritana, vecina de Puerto Real, a la que supuestamente obligaron a casarse y a tener relaciones sexuales con un primo de 40 años, que también está acusado por violarla.

Más de una treintena de familiares de la niña acudieron ayer al Palacio de Justicia, aunque lo hicieron para apoyar a los tres acusados, a los que se les piden penas de cárcel de entre 10 años y 18 de cárcel. Se les acusa fundamentalmente de cometer y colaborar en una agresión sexual contra la menor. Aunque también están imputados como autores de supuestas amenazas, coacciones e incluso malos tratos contra la niña, que actualmente tiene 16 años. Ayer, sin embargo, los tres se declararon inocentes de todos los cargos, y tacharon de «invención» la versión dada por la Fiscalía.

Una boda con 12 años

Cuando se cometieron los hechos, la menor apenas contaba con 14 años, pero ya llevaba dos casada con ese primo lejano al que apenas conocía. Ella había nacido y crecido en Puerto Real, donde se crió según las tradiciones occidentales con unos vecinos españoles que en la práctica la acogieron en su casa, aunque legalmente no tuvieran la potestad. La boda, en cambio, se celebró en Mauritania durante un viaje de verano que realizaron la hija biológica y la madre en 2005. Durante algunos meses, ambas permanecieron en el país africano, pero la pequeña enfermó y tuvieron que regresar a España. El marido de la niña, por contra, se quedó en su país de origen.

Dos años después, en junio de 2007, Moctar O. S. -como se llama el marido acusado- recaló en Cádiz mientras viajaba a Alemania, donde iba a incorporarse a un empleo. En su parada en España quiso acostarse con su esposa, a la que no veía desde hacía años. Pero ésta se negó. Es entonces cuando supuestamente la forzó a practicar sexo, con el consentimiento de los padres de ella que, incluso, la habrían amenazado de muerte si no aceptaba.

La noticia saltó a los medios de comunicación días después, cuando la Policía detenía al marido, denunciado por los médicos del centro de salud en el que atendieron a la niña por los daños de la supuesta violación. Hasta allí la llevaron los padres de «acogida» que supuestamente la habían cuidado, y con la que actualmente vive la pequeña.

Niegan que la forzaran

«Nunca obligué a mi hija a hacer nada que ella no quisiera», declaraba en cambio ante los tribunales la madre de la menor -Hawa Mint C. E. B.-, que durante un año permaneció en prisión preventiva y que ahora podría enfrentarse a una pena de 18 años de cárcel.

La mujer, que apenas habla español y que declaró en su lengua de origen, rechazó uno por uno los episodios de la versión dada por la Fiscalía: primero negó que forzara a la niña a casarse -algo que la fiscal no a incluido en la acusación, aunque de ser confirmado el matrimonio sería ilegal en España-, y en segundo lugar la supuesta violación a manos de su yerno.

Negó incluso que la pequeña hubiese vivido en acogida con los vecinos del edificio, a los que consideró sólo como unos «amigos » con los que la niña «pasaba mucho tiempo». Según un portavoz de la familia, que habló ayer con los medios después del juicio, «tras lata acusación de violación se oculta el interés de esta familia por quitarles la niña a los padres».

Y aunque es cierto que esos vecinos no cuentan con papeles que amparen la «acogida», LA VOZ pudo comprobar en su día que todos los datos de la menor en su instituto hacían referencia a ellos.

mgarcia@lavozdigital.es