Un Ferrari como pago

e encaprichó de él nada más verlo. Su primer dueño lo ganó como premio por poseer el Ferrari más antiguo mejor conservado, en un certamen que celebró el fabricante de deportivos con sede en la localidad italiana de Maranello. Durante años durmió en un garaje junto a otros coches de lujo, una de las pasiones de un importante fabricante de pelucas de Bolonia. «Cuando se quiso desprender de él se acordó de mí. Y lo cambié por pelo. Sí, sí. Le dije: '¿Cuánto pelo quieres?' Nos pusimos de acuerdo y aquí está», muestra orgulloso descubriendo un impecable Ferrari Testarrosa. «Pero lo mejor es esto», y señala una pegatina con el nombre de su localidad natal: Olombrada. «Me la regalaron para que la pegara en otro coche pero yo quise ponerla en el Ferrari», cuenta mientras recuerda el primer día que llegó con este coche a la pequeña localidad segoviana. «Era domingo, a la hora de misa».