Los vecinos de San Onofre denuncian que sus calles se llenan de aguas fecales cuando llueve

El mal estado del alcantarillado de la ciudad continúa causando diferentes problemas a los vecinos. En esta ocasión, es la zona de San Onofre la que lleva seis meses exigiendo al Ayuntamiento que revise el estado de sus arquetas ya que, como denuncian sus residentes, «cada vez que caen cuatro gotas rebosan las aguas fecales, las heces entran en las casas y somos nosotros mismos los que tenemos que retirar los desperdicios, algo antihigiénico».

Aseguran que existe una «dejadez municipal» ya que han sido varias ocasiones las que «hemos llamado y no nos han hecho caso; por ejemplo, esta mañana -por ayer- llamamos a las once y es la una y aquí no ha venido nadie».

Su desesperación llega a tal punto que son varias las ocasiones en las que han bloqueado el tráfico en la barriada con bidones de basura ya que como apunta Francisco Sainz, «el paso de los vehículos producían un efecto ola que hacía que entrara más porquería en las casas».

Sainz regenta una pollería en el lugar y afirma que «estamos ante un problema de salud, pues no sólo vemos pasar heces por delante de nuestras puertas, sino que también hay compresas, tampones e incluso ratas muertas».

La falta de capacidad de los husillo aumenta el problema, ya que no son capaces de absorber el agua que llega a la zona de diferentes puntos de la ciudad y anega la barriada dejando la suciedad de la arqueta «a flote y sin poder evitar encontrarse al andar toda la porquería; nosotros mismos hemos tenido que desatascar los husillos con nuestras manos para que corra el agua, aunque los restos nos los quedamos en nuestras calles», afirma José Mateo, uno de los residentes. Para otra de sus vecinas, Antonia Delgado, lo peor es «el olor tan fuerte a orín que desprende que resulta insoportable y que entra en las casas, por ello pedimos una solución».

No entienden por qué se sale el agua de la arqueta cada vez «que llueve» y piden que se realice una «limpieza como es debido, sobre todo porque llevaos seis meses recogiendo los desperdicios de diferentes zonas de la ciudad en nuestras casas», señala Rafael Segura.

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