CRÍTICA DE TV

Realidad no virtual

Cuando se trata de la política, las televisiones siguen sin dominar el arte del espectáculo para atraer a la audiencia. Empeñadas en su coartada de la neutralidad, terminan por hacerse un agujero en su propia credibilidad. El fragor de la campaña deviene en la noche final en una fría nimiedad virtual a base de cuadros repletos de números.

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Mientras la jornada electoral se lanzaba a una montaña rusa con vuelco final, las pantallas jugaban el domingo al todo sigue igual con ese trasunto incierto de la votación denominado sondeo a pie de urna. Las pantallas nos presentaban un más de lo mismo, que era lo menos parecido a lo que iba a suceder. Para conocer el verdadero resultado, lo mejor era pegarse a la radio y estar pendiente del partido de fútbol que llevaba el mismo curso narrativo, el de la sorpresa final, pero a base de amagar un poco, dejarlo en empate, volver a dar la victoria al favorito, para concluir con la del aspirante. Era la noche de los segundones, de los atléticos, no la de los nacionalistas del Barça. Como si fueran árbitros, los presentadores defraudaban al convertirse en meros muebles del fantástico decorado virtual. Ni una voz más alta que la otra, atenazados por la supuesta objetividad, recitando siglas y números que todos veíamos equivocados en pantalla. Faltó garra y velocidad.

Se echó de menos al público, al votante que llena el resto de programas con sus preguntas, sus aplausos o sus silbidos. Cuando los ciudadanos se juegan su gobierno y son además los que deciden, la realidad no puede quedar embargada por las postproducción virtual que lo reduce todo a un mundo de frialdad televisiva. Se llegaba a echar de menos a los martinvillas de viejas consultas recitando datos con un aire de humanidad. Pero sobre todo, a los reporteros y los cámaras con su scoop visual por calles y pasillos. No es de extrañar que el seguimiento fuese tan escaso, y que finalmente, en una noche apasionante, volviésemos los ojos de la realidad política a la ficción televisiva, para encontrar remedio en las recetas del doctor Mateo, que protagoniza el mejor espacio en meses de la televisión nacional.