El chef de Sarkozy

Rellenos de trufa negra, alcachofa y foie-gras de pato, gratinados al parmesano curado. Cuando la apretada agenda no le permite una escapada, manda un motorista donde el vecino para que le traiga el plato calentito. Estómago agradecido, Sarkozy impuso hace un año las insignias de la Legión de Honor al hombre que le aupa al séptimo cielo del paladar. "Y pensar que si a los 14 años usted no hubiese sido pinche de cocina para comprarse una bici no habríamos tenido la suerte de degustar sus platos", reflexionó el estadista, gran aficionado al ciclismo. "La bicicleta conduce a todo. A usted, a la gastronomía. A mi, a la presidencia", bromeó. La dolorosa en el templo de Fréchon viene a salir por unos 205 euros, sin incluir la bebida. Mucho más moderada es la nota en el Fogón de Alberto Herráiz, desde este lunes el primer cocinero español con una estrella Michelin en París. El profeta en la exclusiva tierra gabacha nació hace 38 años en Cuenca y se ha ganado a la exigente crítica local gracias a su versatilidad con los arroces. El pasado sábado preparó una paella para 150 personas en la Universidad Popular del Gusto que el filósofo Michel Onfray organiza en Argentan (Normandía). En la carta de la estrella española de París, ilustrada por el artista Miquel Barceló, hay gazpacho, salmorejo, fritura y jamón ibérico, expuesto en un atemperador acristalado para mantenerlo a la temperatura idónea.

Por el restaurante del muelle Grands Augustins a orillas del Sena, a la vuelta de la casa donde Picasso pintó el 'Guernica', no es raro encontrarse con Jorge Semprún, Victoria Abril, María de Medeiros y otros nostálgicos de los sabores transpirenaicos. Los iniciados no se olvidan de refrescar la memoria con una manzanilla.