ORIENTACIÓN. Las personas sordas tienen en la asociación servicios de acceso al mundo laboral, pero también trabajadores sociales y expertos en socialización. / CRISTÓBAL
Jerez

Hacerse oír

La Asociación de Personas Sordas de Jerez lamenta que aún tienen muchas barreras y denuncia la escasa implantación de la Lengua de Signos

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En la provincia de Cádiz existen unas 5.000 personas con problemas de audición, muchas de ellas en Jerez, que cada día tienen que enfrentarse a las dificultades que se les plantea vivir en una sociedad que no es tan accesible como debiera para este colectivo. Las barreras pueden aparecer en cualquier acto cotidiano, ya sea la visita al médico o la cita en el banco, sin que la aprobación de la Lengua de Signos como lengua oficial a finales de 2007 haya abierto todas las puertas que la población sorda deseaba.

Lograr que ese panorama cambie es uno de los principales retos de la Asociación de Personas Sordas de Jerez (Apesorje), con sede en la calle Santo Domingo, y que en 2010 celebrará el 40 aniversario de su fundación para estar al servicio de este colectivo no sólo a la hora de poner a su disposición un intérprete, realizar trámites o asesorarles, sino también como red social y punto de encuentro para el ocio. En definitiva, con el objetivo de «mejorar su calidad de vida», como recalca el secretario, Juan de la Rosa.

El balance que hace Apesorje del reconocimiento como oficial de la Lengua de Signos no es optimista. «Aún queda mucho por hacer, y aunque se dio un plazo de siete años para ir cumpliendo objetivos, lo cierto es que no se está avanzando demasiado», insiste De la Rosa. La misma opinión comparte el coordinador general de la asociación, Alejandro Fernández, que recuerda que la ley supuso «un gran paso» porque obligaba a que el Estado garantizara el acceso de los sordos a la comunicación en ámbitos como la administración, los tribunales, la sanidad o la educación. «Pero no hay traductores en los organismos públicos, tampoco hay letreros o señales visuales que nos den facilidades y ni siquiera las webs oficiales son accesibles», apunta.

Para tratar de poner su granito de arena y que la comunicación entre sordos y oyentes avance, la asociación oferta cursos de Lengua para Signos para oyentes dedicados a médicos, policías, funcionarios y cualquier profesional que esté de cara al público y quiera aprender «esta lengua que es como un idioma más».

Pese a las dificultades, el colectivo de sordos quiere hacerse oír, y allí donde la Administración deja lagunas las asociaciones como Apesorje duplican esfuerzos para que todo el que acuda a ellos vea atendidas sus reclamaciones.

De este modo, como explica el presidente, Pedro Jesús Vega, la asociación jerezana cuenta con dos trabajadoras sociales, con los denominados Adecosor (agente de desarrollo de la comunidad sorda) y con tres intérpretes que no dan abasto para atender a todos los que cada día llaman a la puerta. Y es que Apesorje tiene unos 135 socios, pero atienden a muchos más usuarios de la ciudad y de la zona de la Sierra.

Así, las trabajadoras sociales ayudan y guían a los sordos que acuden con cualquier problema, mientras que los Adecosor fomentan la participación de estas personas en actividades de todo tipo (culturales, deportivas, juveniles, etc.). Y las intérpretes (dos están contratadas gracias a la Federación Andaluza de Asociaciones de Personas Sordas -FAAS- y otra por un convenio con el Ayuntamiento) apenas paran quietas, porque no hay día que un usuario no precise que se le acompañe a realizar una gestión. Para ello, antes conciertan citas para que las traductoras cuadren agendas, pero «luego está el teléfono para las urgencias, y cuando eso ocurre ya no dan abasto», explica el secretario de Apesorje.

De la Rosa tiene claro que la única manera de solucionar todos los problemas es que «cada sordo contara con un traductor», pero los servicios de acompañamiento «no se pueden realizar correctamente con los pocos intérpretes que tenemos». Por eso, desde Apesorje no quieren que se olvide su situación y recuerdan a las instituciones que «necesitamos apoyos para que nuestro trabajo no se enquiste».

En este sentido, el hecho de que en Jerez cuenten ya con una delegación de la FAAS «es una gran ventaja», explica Fernández. En este espacio, anexo al local de Apesorje, se ofrecen por ejemplo los servicios de inserción laboral de Andalucía Orienta, y se ponen al servicio de todos los usuarios las actividades que la federación diseña para toda la comunidad.

A la espera de que la sociedad avance y permita que los no oyentes puedan tener más autonomía e independencia en su vida, Apesorje tampoco deja trabajar para mejorar sus servicios y su capacidad de atender a usuarios.

En esta línea, una de sus metas es crear un Centro de Bilingüismo, enfocado sobre todo a la educación de los menores, como los que ya funcionan con éxito en Granada, Málaga o Almería. «En este tipo de escuelas se enseña a través del enfoque bilingüe, la Lengua de Signos y la lengua oral como un todo integral, con profesores de ambas disciplinas que coordinan contenidos y metodología». Pero este proyecto deberá esperar al nuevo local que el Ayuntamiento les concedió, y al que no podrán trasladarse hasta que esté aprobado el nuevo PGOU.

Apesorje también se centrará este año en crear una web accesible, «con todos los contenidos subtitulados por un intérprete y noticias en Lengua de Signos, porque hay que ofrecer algo más que textos ya que los sordos a veces no entienden bien al leer», finaliza el coordinador general.