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La Policía define la noche del sábado como la peor de los últimos años

Una de las jornadas grandes del Carnaval convirtió la ciudad en un caos por las obras, una mayor afluencia y fallos en el dispositivo de tráfico

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El sábado de Carnaval volvió a ser tomado por los foráneos y abandonado por muchos gaditanos que cada vez son más críticos con una jornada marcada de nuevo por un gigantesco macrobotellón que invadió el centro de Cádiz. El Ayuntamiento contabilizaba unas 400.000 personas las que asistieron a una fiesta alejada del epicentro carnavalero; mientras enclaves como Plaza de España, Canalejas, San Juan de Dios, la Punta o plaza de Mina estaban abarrotados, en el barrio de La Viña apenas parecía que el pregón acababa de ser pronunciado. La Policía Local definió la noche como tranquila pese a la masiva afluencia; sin embargo, los agentes de la UPR de la comisaría provincial (los conocidos Zodiacos), encargados de la seguridad y de evitar los altercados públicos, dibujaron un panorama completamente distinto. Fuentes policiales coincidieron en afirmar que había sido la peor noche de los últimos años. Este periódico los acompañó desde las diez de la noche a las nueve de la mañana y fue testigo del caos reinante en la ciudad. Dos circunstancias han sido determinantes para que el centro quedara colapsado a partir de las diez: más visitantes y las numerosas obras. A esto se suma que el plan de tráfico falló a lo largo de la noche, y los principales afectados fueron las unidades policiales y las ambulancias que apenas podían circular por Canalejas y plaza de Sevilla. Esto originó que los equipos Zodiacos no pudieran acceder a tiempo para controlar muchas de las decenas de reyertas ocurridas y, sobre todo, los lanzamientos de botellas indiscriminados que se fueron sucediendo a lo largo de la ya madrugada del domingo. Como alternativa, se internaron en los puntos más masificados a pie, exponiéndose a un riesgo evidente, ya que fueron agredidos en más de una ocasión por objetos lanzados a distancia y cuyos agresores estaban amparados en el anonimato de la multitud.

Pese a que su cometido es la seguridad ciudadana, pasada las cuatro y media de la mañana uno de los tres equipos Zodiacos que estuvo en activo se vio obligado a intervenir frente al edificio Fénix para abrir paso a los autobuses urbanos. A partir de esa hora, un reguero interminable de personas comenzó a abandonar el centro, pero esto provocó que la multitud bloqueara el paso de los autobuses. Los agentes tuvieron que cargar para abrir camino. A esa hora, las vallas que rodean los jardines de Canalejas estaban tiradas y algunas habían sido destrozadas. Los huecos habilitados a la fuerza fueron utilizados como improvisados atajos. Cuando la noche tocaba a su fin, los problemas se centraron en la Punta donde en menos de una hora, los Zodiacos refrenaron dos reyertas. Aunque la situación más grave se vivió en la estación de tren, que quedó colapsada desde las cuatro hasta las ocho por el regreso de miles de personas, cerrando así una noche caótica y de alto riesgo.

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