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Los incidentes retrasan las liberaciones de las FARC

La liberación del ex gobernador Alan Jara debió ser aplazada hasta hoy a causa de los incidentes que casi dieron al traste con la entrega exitosa de cuatro uniformados y con la de los dos políticos que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) decidieron unilateralmente devolver a la libertad. La tensión se desbordó el domingo, cuando el presidente Álvaro Uribe canceló la participación en la misión de Colombianos por la Paz, asociación integrada por muchos de los intelectuales más críticos con su Gobierno y por la sociedad civil, poco después del estallido de una potente bomba en Cali que dejó dos muertos y cuarenta heridos.

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Pero el aliento se recuperó ayer. Tras negociaciones con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el mandatario colombiano accedió «por solidaridad con las familias y los secuestrados» a que Piedad Córdoba siga en la misión. La senadora confirmaba su alegría por continuar «con esta tarea de labor humanitaria».

Por su parte, Yves Heller, portavoz del CICR, reconoció que «algunos hechos generaron tensión» y apeló al respeto para lograr «el regreso a casa lo antes posible» de Jara y el ex congresista Sigifredo López. El CICR pidió a Uribe mantener las garantías de seguridad. El Gobierno respondió con la orden de «suspender vuelos de la Fuerza Aérea en el espacio aéreo de la zona de liberación».

La desconfianza gubernamental se disparó el domingo, cuando el periodista Jorge Botero denunció al canal venezolano Telesur que aviones militares sobrevolaron el lugar del encuentro y casi dan al traste con la misión. Además, dio la palabra a un hombre que se identificó como comandante de las FARC y denunció la muerte de un guerrillero y la desaparición de otro en combates recientes. En Villavicencio, Botero dijo que mostraría las pruebas en un documental, algo que molestó a varios periodistas.

El Gobierno tachó su actitud de «exaltación del terrorismo» y violación de los protocolos gubernamentales. Posteriormente, Uribe confirmó los vuelos pero aseguró que respetaron la altura mínima y negó la realización de operaciones militares.