Los vecinos de Federico Mayo se manifestarán contra Movilidad

El tranvía es sin lugar a dudas el proyecto estrella dentro del Plan municipal de Movilidad, pero no el que más afecta al menos de una manera inmediata a los ciudadanos. El cambio en la red de autobuses urbanos ha desatado todo tipo de polémicas, y los últimos en sumarse han sido los vecinos de la barriada Federico Mayo, que han convocado una manifestación para el día de hoy en protesta por la modificación de este transporte público.

Como explicó ayer el presidente de la asociación vecinal, Julio Morello, la protesta partirá a las 17.30 horas de la plaza de San Rafael y recorrerá la avenida de Blas Infante hasta la rotonda del Balneario, donde los manifestantes cortarán el tráfico por la supresión de las tres líneas que llegaban al barrio antes de las modificaciones.

Según Morello, el Ayuntamiento prescindió de las líneas 8 y 9, que acababan en el Hospital del SAS, así como de la 1, que recorría el centro de la barriada. En su lugar, se han creado la 12 y la 13, que «sólo nos dejan en el Alcázar y pasan cada 45 minutos». Estos cambios provocaron que fueran los propios vecinos, como declaró el presidente de los mismos, los que tomaran la iniciativa y solicitaran la convocatoria formal de la protesta.

Promesas incumplidas

«Los vecinos están muy descontentos, incluso ellos fueron los que propusieron que hiciéramos la manifestación. En el Ayuntamiento nos dijeron que iban a quitar los cambios para volver a como estábamos antes, pero no se ha hecho nada de nada, así que tiraremos para adelante con todas las consecuencias». Otro de los problemas añadidos es la distancia existente entre las diversas paradas, que afecta de especial modo a las personas mayores y les obliga a «desplazarse mucho más para coger los autobuses».

Un problema, como volvió a señalar Morello, motivado por la «falta de palabra» del Consistorio, desde donde «se comprometieron en una reunión a modificar las rutas de esta zona». Al no haberlo llevado a término finalmente, los vecinos lo interpretan como «otra represalia más del Gobierno municipal» contra ellos.