EL TRANVÍA

Casi 300 nuevos clientes para el INEM en Jerez

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La plantilla anda revuelta. Lógico. No podía ser de otra manera. Porque además de las historias humanas que se esconden detrás de todo esto y al varapalo que supone para una comunidad, en este caso la jerezana por casi 300 despidos de golpe, están las formas que está empleando la empresa para acometer esta «reestructuración». Parece evidente que se trata de un ERE encubierto, aunque intenta disfrazarlo para evitar todo lo que ello supondría. Y, claro, los trabajadores no lo admiten, porque perderían así numerosos privilegios que les corresponden y que exigen.

El pasado jueves protagonizaron una huelga de 24 horas. Fue una jornada de lo más tensa y marcada por los nervios. Los convocantes afirman que el seguimiento fue masivo, y, visto cómo transcurrió, parece que no les falta razón. La parte contraria, sin embargo, matiza y cuenta que si fue así es porque los huelguistas amenazaron a los que optaron por ir a trabajar. Sea como fuere, lo cierto es que se vivieron momentos de auténtica tensión, con insultos, forcejeos, empujones... Y tuvo que intervenir la Policía Nacional para tratar de poner paz y abrirles un pasillo a los que quisieron cumplir con su jornada laboral.

Lo dicho: lo de Qualytel es un reflejo fiel de lo que está pasando en Jerez. Se palpa la tensión y el mal rollo. Raro es el día que no nos despertamos con un conflicto laboral de mayor o menor envergadura. Así, uno más otro, se han llegado a los mencionados 25.000 parados. Y subiendo.

Los sindicatos locales y provinciales parece que, por fin, han empezado a despertar y se han dado cuenta de la gravedad de la situación. Han convocado una gran manifestación para el próximo 17 de febrero en Jerez para protestar contra el paro y exigir medidas para frenarlo. Podrían haberlo hecho antes, digo yo, porque argumentos tienen de sobra desde hace tiempo.

Otros que siguen también revueltos son los comerciantes y vecinos de la Porvera. Mantienen su lucha en contra de los cambios de tráfico introducidos en la calle, aunque esta semana amagaron con deponer las armas tras una reunión con el delegado de Movilidad, Juan Manuel García Bermúdez.

También prevén una manifestación para tratar de convencer al Ayuntamiento de que rectifique y la calle vuelva a ser como era hace apenas un mes. Dicen que las modificaciones les han perjudicado, sobre todo a los comercios, bares y restaurantes de la zona, que, según aseguran, están viendo cómo disminuyen sus ingresos de forma alarmante en las últimas semanas. Tanto es así que han empezado a producirse despidos (otros más).

El Gobierno municipal, por su parte, sigue de momento en sus trece, aunque no se descarta que acabe dando marcha atrás -como ya ha hecho en tantas y tantas ocasiones anteriormente con otros asuntos-. Dice que es una medida provisional y que rectificará si se demuestra con el tiempo que no es efectiva. Se admiten apuestas. Quien suscribe apuesta, al menos de momento, porque la Porvera volverá a su situación anterior si comerciantes y vecinos siguen con sus medidas de presión. Y más todavía si las endurecen, como parece que están dispuestos a hacer.