Al menos siete mayores con invalidez viven «presos en sus viviendas»

Con el paso del tiempo el deterioro de sus inmuebles es patente, lo que unido a las barreras arquitectónicas de los edificios, sin ascensores ni rampas para facilitar su acceso, ha convertido sus casas en auténticas celdas. El presidente del colectivo vecinal, Juan Atienza, les llama «vecinos presos» porque no pueden salir a la calle desde hace mucho tiempo. «Nos consta que al menos hay siete personas presas en sus pisos, pero debe haber más», asegura. La mayoría viven solos y algunos han intentado intercambiarlas por un bajo.