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Dios viaja en autobús

Los ateos quieren sumar nuevas ciudades a su campaña publicitaria en autocares, prevista en Barcelona, Madrid y Valencia. Mientras, una Iglesia evangélica copia la idea, pero a la contra

| MADRID Actualizado: Guardar
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Cuando a algunos les dio por escribir en las paredes «Dios ha muerto. Firmado: Nietzsche», hubo otros que, una vez fallecido el gran filósofo alemán, contraatacaron pintando debajo esta otra sentencia: «Nietzsche ha muerto. Firmado: Dios». La modernidad ha trasladado este debate de los muros a otro tipo de soporte, los autobuses. La Asociación Humanista de Reino Unido puso en marcha el pasado octubre una novedosa campaña para impulsar el ateísmo en Londres: «Probablemente, Dios no existe; deja de preocuparte y disfruta de la vida». Es lo que rezan los carteles publicitarios colocados en algunos de los autocares que recorren la ciudad. Desde el próximo lunes, eso mismo podrá leerse en algunas líneas urbanas de Barcelona, y en breve, en Madrid y Valencia. La idea, que no el texto, le pareció buena a una Iglesia evangélica de la capital de España, que desde el 24 de diciembre paga para que uno de esos vehículos luzca esta otra afirmación: «Dios sí existe; disfruta de la vida en Cristo».

De momento, el autocar del evangélico Centro Cristiano de Reunión recorre desde la pasada Nochebuena y hasta el día 30 de marzo las poblaciones situadas al sur de Madrid: Fuenlabrada, Móstoles, Leganés y Aluche. Y ya quieren contratar otro que atraviese el centro de la capital, así que es muy posible que, en unos días, vehículos con las dos leyendas se crucen en las calles.

«Bueno, nos saludaremos», bromea desde Barcelona Albert Riba, presidente de la Unión de Ateos y Librepensadores (UAL). «No, hablando en serio, todo el mundo es libre de decir lo que quiera, así que nos parece bien que ellos tengan su autobús. La diferencia es que nosotros usamos la palabra 'probablemente', y ellos no. Su afirmación es categórica», aclara.

Estrecha relación

Explica Riba que mantienen «una estrecha relación con los ateos británicos. Y gracias a este contacto pensamos que la iniciativa era extraordinariamente adecuada para llevarla a cabo aquí». Dicho y hecho. A través de su página web pidieron ayuda económica para poder pagar la publicidad y así han recaudado ya 6.500 euros. «Contratar dos autobuses durante cuatro semanas para que recorran Barcelona, más los gastos de impresión de los carteles, nos ha salido 2.200 euros. Con lo recogido podremos pagar también las campañas en Madrid y Valencia, que esperamos iniciar el día 26 si no hay problema. Y no tiene por qué haberlo. Ya hemos cursado las peticiones».

Después de estas tres ciudades, sitúan en su «horizonte a Bilbao y Sevilla», y más tarde quieren extenderlo por todo el país. En algunos casos, incluso la cosa se complica, porque hay autobuses públicos que no llevan publicidad. Aun así, no se dan por vencidos. «Sí, ya nos hemos enterado -reconoce Riba-. Tendríamos que recurrir a contratar esos autobuses que van sin viajeros y llevan publicidad desde el suelo al techo, pero encarecería la campaña el triple. O buscar algún autocar privado que recorra el centro. Y si no, inventaremos algo diferente. Intentaremos ponerlo en marcha en pocos meses».

En el otro lado se encuentran los 70 miembros del Centro Cristiano de Reunión, que han pagado de su bolsillo -sin decir cuánto- el anuncio del autobús de la línea 493 que recorre las calles madrileñas, el primero en España en llevar este tipo de publicidad sobre la cuestión del creer o no creer. El pastor evangélico Francisco Rubiales es su portavoz: «Vimos lo que querían hacer en Londres y decidimos hacerlo nosotros también, pero no es por contraatacar, simplemente utilizamos la misma platafor-

ma para decir que Dios sí existe. No nos parece mal lo que han hecho, respetamos el derecho fundamental de cualquiera a propagar sus ideas». ¿Creyeron que sería una buena forma de contrarrestar el laicismo radical creciente que denuncia la Iglesia católica?

«Estamos hasta la coronilla -responde Rubiales- de que se diga que la religión es cosa de viejos, de beatas. No queremos entrar en el discurso de la conciencia única, pero si nos quieren arrinconar, van a dar en hueso». «Nosotros no deseamos entrar en una guerra; solamente hemos puesto en marcha una campaña para gloria de Dios. Éste es un país libre, queremos comunicar al mundo que Cristo existe y que es el único camino para una vida llena, rica y plena», añade.

Lluvia de reacciones

Como era de esperar, las reacciones han sido numerosas. Preguntada ayer por este asunto, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, contestó simplemente que «vivimos en un país libre», y no quiso ahondar más. Por su parte, el alcalde de la capital madrileña, Alberto Ruiz Gallardón, aseguró que prefería esperar a hoy para opinar. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid aclaró que «los anunciantes, mientras no incumplan la ley y paguen las tarifas, se anuncian en nuestros autobuses».

En el ámbito religioso, la Conferencia Episcopal Española no habló ayer sobre esta novedosa forma de promocionar las ideas. Sí lo hizo, sin embargo, el obispado de Barcelona, que publicó una nota la semana pasada en la que aseveraba que, para los creyentes, la fe en que Dios existe «no es motivo de preocupación, ni un obstáculo para gozar honestamente de la vida». «La fe es un sólido fundamento para vivir con una actitud de solidaridad, de paz y un sentido de trascendencia».

En cuanto al presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), Félix Herrero, apuntó que los ateos «tienen perfecto derecho» a mostrar sus ideas. «Si se opina lo contrario y hay debate, seguro que sacamos algo positivo todos». Quiso señalar, además, que la campaña «no va contra los creyentes» y que «ofensivo no es mientras no se ofenda».

Ajenos a la polémica, los ateos españoles buscan conseguir hacerse «más visibles». «Queremos reivindicar los mismos derechos y libertades que se reconocen a los demás ciudadanos por el mero hecho de poseer o manifestar unas creencias religiosas», puntualiza Albert Riba.

Dios, en los juzgados

Los interesados en esta campaña de los ateos pueden visitar la web www.busateo.org. Riba añade que la suya, la de su organización, «es una visión del mundo positiva, que puede ayudar al hombre a construir un modelo mejor de sociedad, porque al no dejar ningún lugar donde esconderse, al no haber ninguna mano adonde ir a mendigar, no permite rehuir nuestra responsabilidad aplazando hasta otra vida la realización de nuestro proyecto». «No hay nada que podamos hacer después de la muerte -continúa-. Lo que queramos hacer debemos hacerlo aquí y ahora o aceptar que no lo haremos nunca».

Pero los autobuses no son los únicos sitios donde Dios parece encontrarse fuera de lugar. Hace un año, el senador de Nebraska (Estados Unidos) Ernie Chambers decidió 'llevar' al Creador ante el juez empuñando, en este caso, una curiosa demanda.

Le acusaba de provocar «espantosas inundaciones, horrendos huracanes, perniciosas plagas, feroces hambrunas, devastadoras sequías y guerras genocidas». Chambers aseguró que había hecho esfuerzos para invocar a Dios con frases como «Manifiéstate Dios, donde quiera que estés» sin obtener, como era de esperar, resultados. Sin embargo, en octubre, el juez Marlon Polk desestimaba la denuncia con el argumento de que «Dios no tiene domicilio social».

Albert Riba, el presidente de la Unión de Ateos y Librepensadores, recuerda cómo surgió esta campaña filosófica sobre ruedas: La periodista Ariane Sherine, del diario británico 'The Guardian', leyó un día en un autobús londinense un cartel con una frase del Evangelio según San Lucas. Cuando llegó a casa, se puso a ojear la Biblia y vio que allí se decía que los ateos serían condenados a tortura eterna en el infierno. Gracias a ello, se le ocurrió que los ateos deberían hacer algo para contrarrestar esto, y lo publicó en su blog».

La periodista decía allí que «sería oportuno que los autobuses fueran también transmisores de un mensaje tranquilizador sobre el ateísmo, como una buena forma de contrarrestar los mensajes de ciertas organizaciones religiosas que amenazan con el infierno a los no cristianos». «Nuestro mensaje es divertido, pero tiene un fondo serio: los ateos queremos un país, una escuela y un gobierno laico», escribió Ariane Sherine.

La Asociación Humanista del Reino Unido se anotó entonces la idea y, con el firme apoyo del conocido biólogo darwinista Richard Dawkins -autor de libros como 'El espejismo de Dios' y 'El gen egoísta'-, empezaron a recaudar fondos.

«Lavar el cerebro»

Así pudieron poner en marcha la campaña con carteles colocados en treinta autobuses que tenían su recorrido por el distrito de Westminster, en Londres. Y la iniciativa empieza a extenderse a otras ciudades del país. En opinión de este reputado científico, que donó 7.000 euros a la causa, «la religión está acostumbrada a que todo le salga gratis, incluyendo el derecho a lavar el cerebro de los niños. Con esta campaña colocaremos eslóganes alternativos y haremos pensar a la gente».

Los líderes religiosos británicos no reacionaron mal. La Iglesia de Inglaterra se posicionó a favor de defender el derecho de cualquiera a expresar una posición religiosa o filosófica, aunque hicieron hincapié en que ser creyente no tiene nada que ver con disfrutar o no de la vida.