Paga Europa

a considerable reducción del suministro de gas sufrido por varios países del centro y este europeo, algunos miembros de la Unión Europea, desplaza a terceros los efectos más perjudiciales de la guerra del gas en la que están enzarzados Rusia y Ucrania que subió de tono en las últimas horas con las mutuas acusaciones de robo o desvío de millones de metros cúbicos de gas. El uso político y estratégico de sus recursos por parte de Rusia ha dejado de ser una novedad para aparecer en la escena internacional como un elemento coactivo de primer orden. Ahora el Kremlin intenta presentarlo como un problema de precios cuando encubre una operación de castigo a un país que trata desde hace años de romper amarras con el bloque de influencia ex-soviético. Pero la presidencia checa de Europa debería ejercer la presión necesaria para que Rusia no pueda permitirse impunemente castigar a terceros países y menos sobre las espaldas de la Unión Europea.