El urbanismo cabe en un quiosco

lgunos representantes políticos, articulistas y periodistas gaditanos se han burlado en público del debate de los quioscos. Han considerado que «ojala todos los debates fueran como ese». Pero habría que valorar si el simbolismo de esta disputa es mucho mayor que su valor real. Nunca como hasta el verano se había hecho tan visible una oposición a una decisión de la Alcaldía de Cádiz. Nunca como hasta esos martes en Santa María del Mar parecía existir una oposición, ciudadana, diversa, dispersa y hasta desorganizada, procedente de grupos de consumidores, vecinos o ecologistas, pero tan activa y persistente que dejó a los partidos políticos detrás. Quizás hayan aparecido porque ningunas siglas les representan. Durante unos meses ha parecido que algunos ciudadanos de Cádiz estaban dispuestos a plantar un olivo pequeño, a imagen y semejanza de aquel movimiento político italiano de los 90. Varios centenares de personas se manifestaron, semanalmente, contra la instalación de restaurantes pequeños o medianos en Santa María del Mar, sobre todo, en La Caleta y Varela. El Ayuntamiento considera que son estructuras desmontables que se ajustan a la legislación. Varios cientos de gaditanos creen que no lo parecen y que la ley se ha ajustado a la conveniencia de inaugurarlos. Los dos últimos casos están en el juzgado de lo contencioso-administrativo. Los tribunales decidirán. Tanto revuelo generó este caso, que una propuesta tan apasionante, para compartir o rechazar, como el cierre al tráfico de medio Paseo Marítimo (de Glorieta a Cortadura), ha pasado casi inadvertida.