VUELTA DE HOJA

El reparto

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El emperador Julio César, aunque todavía no lo fuera, tuvo menos problemas para distribuir las Galias, que sólo estaban divididas en tres partes. El presidente Zapatero se encuentra con más dificultades, como es lógico, para hacer justicia distributiva en España, que se divide en diecisiete. Su plan de financiación está siendo acusado de primar a las autonomías más ricas. Ya se sabe que quien parte y reparte se queda con la mejor parte, pero los hay tan desinteresados que no se quedan con ninguna y empobrecen al Estado, quizá porque esa idea no acaba por penetrar en su cabeza.

Se está intentando la cuadratura del círculo de la financiación autonómica, pero es imposible con tantos picos. «Acariciad a un círculo y se hará vicioso», nos previno un surrealista y ahora la realidad es que no se puede favorecer a todos, ya que cualquier trato que mejore a alguno encubre una ofensa para los demás. No hay herencia sin desavenencia, dice nuestro desapacible refranero, pero además ocurre que aquí la herencia ha quedado muy maltrecha con la crisis.

¿Cómo van a estar de acuerdo algunos territorios, tradicionalmente llamados regiones, con que a ellos les toque menos? Dicho de otra manera: ¿cómo pueden resignarse a que les toque más a otros? La envida es universal, pero parece ser que se nacionalizó en España. Ningún empadronado odia nada con más intensidad que a los que tuvieron la imprudencia de nacer en el pueblo de al lado.

Todavía no se conocen las cifras. El ministro Solbes, que está de medio pensionista en el Gobierno, ha presentado las bases para el nuevo modelo de financiación. `Feliz año negro! Lo que hace falta es que no se hunda la pasarela en pleno desfile. De los modistos no nos fiamos un pelo.