A menos

os dos mercados -la Bolsa y el sector inmobiliario- que han reflejado en los últimos años la bonanza de la economía española han confirmado en este cierre de año una seria contracción motivada o agudizada por la crisis. La caída de los precios de la vivienda 2,7 puntos porcentuales en el tercer trimestre de 2008 con respecto al segundo evidencia que el desplome en las operaciones de compraventa se está empezando a traducir ya en un abaratamiento de los pisos. Pero si las dificultades económicas están acelerando el reajuste de un sector que precisaba de un aterrizaje forzoso, la caída del 39,4% registrada por Ibex a lo largo de este año refleja que la pérdida de confianza en el sistema financiero es tan profunda que ni siquiera ha discriminado valores de acreditada solvencia como los que reúnen los parqués españoles.