CRÍTICA DE TV

Broncas

Al final, no nos engañemos, lo que gusta en el barrio es que uno, al ocuparse de la tele, hable del bajo vientre para que la información circule. Y como, por otro lado, tenemos la televisión más inguinal del mundo, nada hay tan fácil ni apropiado como ocuparse en tales afanes. Afán uno: lo de Tita Cervera en Dónde estás corazón, la otra noche, con abrupto cuelgue telefónico de la baronesa. Era la cosa que el desolladero de Antena 3 andaba aplicando los cuchillos sobre la dudosa (o no) paternidad del hijo de Tita, y el lance motivó que irrumpiera la viuda de Thyssen en carne mortal. El hijo de Tita se llama Borja; la esposa de Borja, diez años mayor que él, se llama Blanca (Cuesta); el bebé de ambos, Sacha. Y no, no es un culebrón venezolano, pero, para que lo parezca, Tita duda de que Sacha sea realmente hijo de Borja y ha exigido la correspondiente prueba de paternidad. La duda ofende el honor de Blanca, pero lo que está en juego es la herencia de una fortuna algo más que mantecosa, y ya se sabe que el honor, en ciertos ambientes, se evalúa en millones de dólares.

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Los periodistas de DEC, que en este culebrón interpretaban el papel de vecinos cotillas de los protagonistas ricos-y-famosos, dividían sus sentires a voz en cuello, y en eso que llamó Tita para repartir estopa, sentar cátedra y, de repente, colgar, dejando a Cantizano con la palabra en la boca. Estas cosas, en la vida normal, son un bochorno, pero en la tele son un éxito. «Dame pan y dime tonto», pensará Cantizano. Tonto.

Eso es lo que debió de pensar -y entramos en el Afán Dos- el personal del fenecido Aquí hay tomate cuando se sacó de la manga (o del slip de leopardo de Jorge Javier Váquez, no sé) aquella historia de que Aznar y Ana Botella se separaban. Pero a veces las imprudencias (y las impudicias) se pagan, y ahora un juzgado ha condenado a Telecinco a pagar una pasta gansa al matrimonio Aznar por intromisión ilegítima en su honor. Naturalmente, Vázquez pensará que estamos ante una conspiración de la derecha reaccionaria, católica y homófoba contra la libertad de expresión que encarna él, Vázquez, mártir progresista.