ALEGRÍA. La casa Hermandad del Santo Crucifijo congregó a un buen número de personas. / J. F.
Jerez

Los jerezanos se entregaron a las zambombas

El mal tiempo no impidió que vivieran con intensidad la fiesta más navideña

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El tiempo no acompañó a los jerezanos, que sin embargo obviaron las condiciones meteorológicas para vivir de lleno las zambombas organizadas en múltiples sitios de la ciudad con mucha alegría y pasión.

Era un día para disfrutarlo intensamente, desde la mañana hasta la madrugada, pues no en vano estaba previsto que Jerez albergara el mayor número de esta tradicional fiesta de todo las navidades, y por ello la gente no faltó a su cita. Algunas zambombas, las que se iban a celebrar al aire libre, tuvieron que aplazarse por la lluvia pero la fiesta no decayó. Todos participaron, desde los más mayores hasta los pequeños, que acompañaban con la pandereta y las zambombas, e incluso se atrevían a cantar y bailar los populares villancicos, hasta que el cuerpo aguantó.

Hubo un repertorio abundante, entre las organizadas en diferentes barriadas por vecinos, hermandades, peñas flamencas y bares, para elegir. La Hermandad del Santo Crucifijo fue de las primeras en dar el pistoletazo de salida al mediodía, a la que se unió pronto la de los Costaleros del Desamparo, pero a medida que avanzaba la tarde-noche comenzaron a florecer las zambombas en otras hermandades como la Piedad, las Angustias o la Viga, en las barriadas de las Delicias y Agrimensor, y en las peñas Pepe Alconchel, El Garbanzo y los 100, y también en los restaurantes, bares y pubs como en el Época, donde la fiesta se prolongó hasta la madrugada.