CÁDIZ. El juez, antes de la presentación de su libro. / A. Vázquez
Contraportada

« Emilio Calatayud Yo soy independiente, por eso sigo en la infantería»

-Llegan tiempos de presentes, ¿piensa regalar su libro -Mis sentencias ejemplares- a algún colega para que tome 'ejemplo'?

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

-No, a los colegas y amigos no se les regala el libro que escribe uno. Espero que lo compren y se lo dedicaré, en todo caso, con mucho cariño.

-Segunda oportunidad que no tuvo Umbral para hablar de su libro, ¿es un texto recomendable para futuros juristas?

-Es un libro que está muy bien escrito y que pueden regalar padres a hijos e hijos a padres. Pero sí, también lo recomendaría a aquellos que se están formando para ser juez. Les viene bien saber que deben tener los pies en el suelo y que lo primero que tienen que tener en cuenta es el sentido en común que ahora tanto falta.

-Su aliado en la obra es el periodista Carlos Morán. Peligrosa relación la que usted mantiene, le dirán algunos compañeros de profesión...

-A Carlos lo conozco desde hace mucho tiempo y nunca me ha defraudado. Uno de los fallos de la Justicia es mantener en el oscurantismo a los jueces y el trabajo que realizan. La sociedad debe conocer a sus jueces, a sus políticos... Pero debe existir respeto y la información judicial no utilizarla para otros intereses.

-Tengo una amiga que quiere ser madre, ¿mejor que lo deje para otros momentos sociales y judiciales?

-Dile que se anime, que merece mucho la pena. La labor de padre es muy difícil, pero las dificultades actuales no deben convertirse en un control de la natalidad.

-Pero da miedo con sólo pensar que pueden condenarte por dar un bofetón a tu hijo.

-Esta sentencia, que conlleva el alejamiento de la madre, puede acarrear consecuencias graves. Se está judicializando todo y se está perdiendo el sentido común. Es un reproche sobre todo al legislador que aprueba leyes que luego tenemos que aplicar.

-Me ha dicho un pajarito con toga que usted tiene los medios para aplicar esas sentencias ejemplares, que otros jueces no tienen.

-Ahora estoy recibiendo el fruto de un trabajo realizando desde 1988. He tratado de sensibilizar a la sociedad y que los políticos se impliquen. Cualquiera de nuestros hijos pueden terminar en un juzgado. Pero también padezco la falta de recursos materiales.

-¿Sufre ya las envidias por ser un juez-estrella?

-No tengo esa sensación. Pero no soy un juez-estrella, aunque he caído bien a los medios. Me considero independiente por eso me quedé luchando en la infantería y no tuve apetencias por otros puestos.

stubio@lavozdigital.es