El primer ministro francés, François Fillon (i), el presidente francés y presidente de turno del Consejo de Europa, Nicolas Sarkozy (c), y la canciller alemana, Angela Merkel (d), fotografiados al inicio de la cumbre de la Unión Europea en Bruselas. /Efe
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La UE acuerda que Irlanda repita el referéndum para poder desbloquear el Tratado de Lisboa

La propuesta francesa, aceptada por los Veintisiete, contempla que debe celebrarse antes de noviembre

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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La cumbre de la UE ha respaldado la propuesta francesa para solucionar el bloqueo al Tratado de Lisboa, que consiste en que Irlanda celebre otro referéndum antes de noviembre próximo. Los jefes de Estado y Gobierno han llegado a este acuerdo, que también incluye que la Comisión Europea siga teniendo un miembro por cada país, en la primera sesión de trabajo de la cumbre, lo que despeja el camino para discutir el plan de reactivación económica y las medidas contra el cambio climático.

Los Veintisiete han respaldado la propuesta francesa que indica que el Gobierno irlandés "se compromete a tratar de conseguir la ratificación del Tratado de Lisboa antes del final del mandato de la actual Comisión", en noviembre de 2009. Aunque el texto no habla expresamente de condiciones, la forma en que está redactado señala claramente que la concesión a Irlanda va unida a que ese país ratifique el Tratado, después del resultado de junio. "Siempre que entre en vigor el Tratado de Lisboa", el Consejo Europeo adoptará una decisión para que "la Comisión mantenga un nacional de cada Estado miembro", afirma la propuesta que fue aceptada.

Algunas reticencias

El Tratado de Lisboa prevé que, a fin de ganar en eficacia, a partir de 2014 habrá un número de miembros de la CE igual a dos tercios del número de Estados miembros (lo que equivale a 18 en la UE de los 27), que se regirá por un principio de rotación igual entre los Estados miembros. El presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, ya se había mostrado receptivo a esta solución de un comisario por país el pasado martes, cuando dijo que la experiencia ha demostrado que "la CE puede trabajar con 27 o más miembros". Barroso reconoció que algunos países comunitarios mantienen reticencias a dejar de tener una persona de su nacionalidad en la Comisión Europea, incluso si los comisarios son teóricamente independientes de sus países y no actúan como delegados de los gobiernos nacionales.

El acuerdo se logra a pesar de que algunos países eran reacios a mantener un comisario por cada Estado miembro, ya que con las futuras ampliaciones puede haber una Comisión Europea con hasta 35 integrantes, aunque prevaleció el objetivo de lograr la ratificación del Tratado. El texto que respaldan los jefes de Estado y Gobierno señala que el pueblo irlandés ha manifestado también sus preocupaciones acerca de cuestiones como el mantenimiento de su política fiscal, las leyes relativas a la familia y la neutralidad del país. Estas preocupaciones se tratarán para "mutua satisfacción" mediante las necesarias garantías jurídicas, a condición de que Irlanda contraiga el compromiso de ratificar el Tratado para noviembre de 2009.

La posible ratificación en otoño hará que las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2009 se celebren según el esquema actual en vigor, que prevé que haya 736 eurodiputados, señala el texto. La propuesta francesa prevé que el número de miembros del PE pasará a 754 hasta finales de la legislatura (2009-14), y garantiza que, si el Tratado de Lisboa entra en vigor, la Eurocámara alcanzará esa cifra ya en 2010, si es posible. Para ello hace falta poner en marcha medidas transitorias "lo antes posible" para que los doce países que tendrán más eurodiputados con el Tratado de Lisboa (entre ellos España) vean materializado ese objetivo, añade el borrador.

"Gran consenso" en el cambio climático

Una vez resuelto este tema, los jefes de Estado y Gobierno de la UE se centran en lograr acuerdos en los otros dos puntos críticos: el pacto de relanzamiento económico y las medidas contra el cambio climático. Los líderes de la Unión Europea han alcanzado un "gran consenso" sobre un conjunto de políticas contra el cambio climático que, entre otros objetivos, supondrá que los países comunitarios reduzcan en un 20% sus emisiones.

Tan sólo Hungría mantiene reticencias serias frente al texto presentado por la presidencia francesa de turno del Consejo, que previsiblemente será aprobado mañana, en la segunda jornada de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Hungría pretendería elevar el porcentaje del llamado mecanismo de solidaridad a más del 12%, última propuesta de Francia. Ese mecanismo permite a los países más pobres de la UE recibir una parte de los ingresos obtenidos en las subastas de permisos de emisión de gases contaminantes.

Otros socios, como Italia, quieren incluir algunas de sus reivindicaciones en el texto final, pero según las citadas fuentes, se trataría de meros detalles. Por parte de España, la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, ha afirmado que "la UE se juega su credibilidad" en la aprobación del paquete contra el calentamiento global. "Vetar sería ser acusado de ser responsable de un fracaso", ha advertido.

La economía atraganta la cena

Con muchos países de la UE metidos en la recesión o bajo la amenaza de caer en ella, las medidas económicas se presentan como la cuestión más urgente de la cita de Bruselas. Durante la cena, se han acercado posiciones y la mayoría de los Estados apoyan el plan de la Unión Europea que pide destinar 200 millones euros para intentar salir de la crisis. Pero no será hasta mañana cuando los Veintisiete lleguen a un acuerdo de manera oficial.

En ese sentido Silvio Berlusconi, ha declarado al término de la primera jornada del Consejo Europeo que los países miembros han dado su apoyo al plan contra la crisis propuesto por la Comisión, que prevé destinar fondos equivalentes al 1,5% del PIB comunitario a impulsar la actividad económica y el empleo.

La mayor parte del dinero establecido por la UE para combatir la crisis (170.000 millones de euros) saldría de los presupuestos nacionales y el resto de las arcas comunitarias, pero hasta el inicio de la Cumbre quedaban muchos puntos que rematar, sobre todo porque Alemania, la principal economía de la UE, se muestra reticente a aportar más dinero hasta ver el resultado de las medidas ya aprobadas y porque quiere mantener su disciplina presupuestaria.