LA COLLEJA DE DIOS

Un capricho, una ilusión

Ahora quiere comprar Padilla el club junto a un elenco de artistas. Y ahora que digo me tiro al suelo y maldigo la suerte de la entidad o me ilusiono como un niño. No me veo yo al torero sentado en el palco. Ni tampoco a David de Maria aguantando el chaparrón con las derrotas. Pero puede que sean grande gestores. Quién sabe. Si me traen al turronero y al López igual lo flipo. Y más todavía si le sacan a su amiga la alcaldesa (que pienso que esta detrás de todo) una ciudad deportiva. Os beatifican. Pero les digo una cosa a los señores que dais la cara en ese proyecto. Esto no es un juego. El Xerez ahora es muy goloso. Brilla, juega y enamora. Condimentos indispensables para que un niño se lo pida por Reyes. La ilusión de niños que lleváis por dentro no me importa. Sólo queréis mandarlo a Primera y eso al equipo de la ciudad no le urge. Le corre prisa gente que ponga mucho dinero y reduzca la deuda. Le oprime la necesidad de darle patrimonio. Le corre prisa gente que se entregue en cuerpo y alma, cosa que dudo mucho. En fin, gente joven de Jerez que me mola mucho pero a los que les mueve la ilusión de adquirir el mejor regalo de reyes posible. Un capricho. El Xerez. Sensaciones que tengo al oir a los interesados. Una cosa tengo clara, algo hay detrás, como ocurrió con el bigote y la peluca de Carrillo. Detrás estaba el político alocado. Algo hay, por lo menos uno que esté como las cabras. Veremos que pasa. Ya me ha llamado mi hermano Anton Meana tarareandome una canción de David

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Hablando de fútbol, lo del otro día es culpa de todos. ¿Pues si! Porque la afición no puede hacer la ola en el minuto 15 de la segunda parte. Ni marcharse a pegarse el lote con la parienta diez minutos antes. Ni tampoco pedir a grito limpio ¿Currito Currito! Me recuerda a un programa de Miliki de los años setenta. ¿Quién es ese jugador? ¿Qué aporta cuando sale? ¿El bufón del club?... me parece que sí. Lo que pasa es que con ese grito (de cachondeo total) se menosprecia a otros futbolistas que pueden aportar mucho más que Sarmiento. El cabreo de Antonio Calle, jugador centenario, xerecista confeso y que apostó por venir a su casa tiene que ser mayúsculo. Un poquito de respeto a la jerarquía ¿puñeta!