TRIBUNA

Los médicos de familia se sublevan

Con el paso de los días se esta viendo que los médicos de familia adoptan una postura madura de asertividad: no aceptan su nefasta situación laboral, profesional e incluso personal en los centros de salud dependientes del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

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Puede pensar el lector de esta tribuna en que nos podemos basar para estas recientes movilizaciones y concentraciones en las puertas de los centros de salud. Paso a continuación a hacerle un rápido resumen de los muchos motivos que tenemos para ello, si bien entenderá que esto no es más que un rápido resumen poco pormenorizado de nuestros argumentos. No son más que detalles de los encontronazos con la realidad que todos los días tenemos.

Soportamos una altísima presión asistencial en nuestras consultas. Ejemplo en la consulta de un médico de familia con 50 pacientes citados a los que se añaden las urgencias y aquellos que aprovechando la norma de demora 0 que el SAS preconiza (citar en el día todo el que así lo exija por muy banal que sea su solicitud). Al final del día se ven unos 70 pacientes con ampliación del tiempo de la consulta sobre las estimaciones de que se hacen en la consulta, que por cierto, nada tienen que ver con la realidad ya que desearía que alguien me explique como es posible atender a una persona en los 4 minutos que se le da a cada paciente citado. Y además que hable nuestro idioma, pues cada vez son más frecuentes los inmigrantes en nuestras consultas. Gracias a Dios que muchos pacientes no van a la cita (sin que por ello se les llame la atención por parte de la institución) o que otros cogen cita para varios familiares por si acaso ocurre algo desde la solicitud de cita a su cita programada.

A lo anteriormente descrito, le tenemos que añadir el que ese día tengamos la dicha de que ninguno de nuestros colegas no le haya surgido un imprevisto (enfermedades propias, de familiares, desgracias o citaciones oficiales intempestivas), pues en ese caso, además de tus pacientes citados, te pasan la parte proporcional de su agenda al igual que el resto de compañeros. Ese día nos veremos abocados a lo que se ha dado en llamar una «consulta de alta velocidad», ya que el resto de actividades del día no pueden esperar como avisos domiciliarios a demanda o los tuyos programados desde hace días. Lo que sí que se anula sin problemas será la formación continuada y otras actividades asistenciales «menores», como pudiera ser la cirugía menor.

Sobra decir que las sustituciones brillan por su ausencia y nuestros colegas supervalorados en épocas estivales a los que se les prometió toda serie de parabienes, ahora son inutilizados en el paro por carencias económicas, mientras a nosotros se nos presiona todavía más con esas necesidades de personal sin cubrir. Y no crea el lector que son un día ni dos, sino vacaciones por completo de dos compañeros que se van sus 15 días reglamentarios o una baja por maternidad. Puede hacerse una idea de lo que se puede montar ya que todo el mundo quiere que se le atienda y no quiere que se le den excusas ni limitaciones asistenciales: para eso está la demora 0. Durante el verano tuvimos que acumular consultas de otros colegas por ausencia de sustitutos en las bolsas de contratación, y ahora esos mismos se les envía al paro por «ausencia de dineros».

Si nos metemos ahora con la persistencia en el incumplimiento de pactos, es harina de otro costal, y puede que hasta peor. Fijémonos tan solo en el firmado en aquel famoso pacto de sustituciones firmado por el SAS y sindicatos el 13/6/05 en el que de forma clara decía «insuficiencia o imposibilidad de cobertura de ausencias en periodos de vacaciones masivas». Ha pasado por arte de magia a una nueva era tecnológica: la tarifa plana y aplicarse durante todo el año.

Pero si rescatamos del baúl de los olvidados el pacto firmado con las sociedades científicas de la atención primaria andaluza el pasado 14/6/06, vemos como tenemos aún más papel que nos rodea. En uno de sus anexos, se hace referencia expresa a las limitaciones de los cupos que debemos tener los médicos de familia: 1500 todos excepto los que trabajamos en zonas de transformación social que debieran ser de 1300. Le aseguro al lector que en su amplia mayoría los médicos soportan cupos mucho superiores a esas cifras.

Y mientras, los órganos dependientes de la Junta de Andalucía incrementando el paro, desesperación y huidas de profesionales a otras comunidades autónomas o países de nuestro entorno como Portugal... Tal vez el lector prefiera que le atiendan médicos extranjeros de dudosa calidad y peor capacidad comunicativa.