flamenco

Antonio Reyes rinde tributo a Quiñones en su ópera prima ‘Viento Sur’

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Tras un sin fin de vicisitudes, propiciadas por la dificultad que demuestra en estos últimos tiempos el mercado, la primera obra individual de Antonio Reyes Montoya es una grata realidad. El trabajo muestra las inquietudes de este cantaor chiclanero quien está señalado por público y crítica como una de las voces más importantes que cuenta la bahía gaditana. Precisamente, el Viento Sur que asola e inspira a los habitantes de nuestras costas es el título escogido para la ópera prima de Antonio, en clara referencia y homenaje a su paisano Fernando Quiñones.

El disco ha sido grabado en los estudios La Muralla Records de Luis Provis en Jerez y cuenta con dos soberbias guitarras de acompañamiento, las de Moraíto y Alfredo Lagos, quienes se han encargado de dar una coloración y calidad indiscutible a todos los cortes.

En materia de producción destaca la labor de José María Leal, en materia ejecutiva, y del propio cantaor, junto a la colaboración de quien esto suscribe, José María Castaño, en el apartado artístico.

Antonio Reyes ha podido mostrar toda una declaración de sus propios principios interpretativos que cuentan con una serie de destacados valores: un eco flamenquísimo, un gusto extraordinario en la colocación de la voz, la correcta afinación y su eminente compromiso con los grandes maestros del cante. Todo ello le vale para ocupar un destacado lugar en el panorama actual del arte jondo, así como una feliz puesta de largo en el mundo del disco.

Viento Sur sale con la discográfica puertorrealeña Bujío Producciones que está haciendo un elogiable trabajo con los artistas jóvenes de la provincia. Contiene una serie de cantes de propia elección del artista, claramente asociado a la estética más tradicional como tonás, siguiriyas, soleás, fandangos, alegrías, malagueñas o bulerías. Si bien, hay algunos aspectos de renovación en la armonización guitarrística en algunos cortes, así como en las letras flamencas y en la actualización de unos tangos de Pedro Carrasco Niño Jero. Junto a Moraíto y Lagos también colaboran Chicharito, El Bó y Diego Montoya a las palmas y percusión; su mujer, Patricia Valdés colabora en las alegrías dedicadas a Chiclana. Un conseguido trabajo que a buen seguro servirá para ir confirmando que estamos no ya ante una promesa, sino ante la firme realidad de una primera figura del cante nacido en nuestra tierra.

El carácter de la Bahía

Como se advierte en el prólogo del disco el espíritu atlántico conforma una idiosincrasia especial a sus artistas: «La Bahía de Cádiz es un mundo propio. Una marea permanente de sales y de soles que conforma un modo de ser y estar ante la vida bajo una religión de vientos... La Bahía de Cádiz sabe como cantarle a esa forma de existencia. Tiene sus propios acentos: una inmensa playa que convierte su orilla en tablao: «Cuando Chiclana baila / con el levante las olas de la Barrosa / son sus volantes». La gracia que salpica las conciencias y enmascara las tragedias; la elegancia sonora de un decir hablado... Y el compás como el tiempo dividido en taquitos de adobo... Esa verdad expuesta con la sabiduría natural de quienes, mirando al mar, han sabido quejarse con la voz enterrada bajo la arena».