Soñar es gratis

uestiones por las que el Xerez no entra de lleno en el discurso de que el ascenso es una meta factible y que por fin vuelve a parecer al alcance de la mano: lo primero, el hecho de que institucionalmente el club simula a veces un auténtico despropósito. Me refiero al hecho de que el equipo haya defendido brillantemente ayer por vez primera el liderato y se haya hablado de fútbol, lo que es fútbol, sólo de forma guadianesca esta semana. Por momento, condonaciones de deudas al parche, lo que viene siendo dinero y nada más que dinero ha metido codos al balompié y se ha hecho con el primer plano de la foto azulina. Vale, es cierto. Se asume. La posibilidad cíclica de que se suceda un terremoto en la planta noble de Chapín está latente y en cualquier momento se corre el riesgo de que sacuda a un vestuario que de momento está rindiendo muy por encima de lo esperado. Esteban, que ha sido cocinero antes que fraile, sabe mejor que nadie que cuando un futbolista tiene la buchaca controlada suele ser más fácil que ponga los cinco sentidos en el cuero. Por eso ha pedido que el club se organice antes de dar prioridad a renovaciones (incluyendo la suya propia). Una cosa detrás de otra, vamos por orden. Insisto, me valen estos discursos e incluso otros: aquello de que el club no está preparado, de que antes o después vamos a tener el numerito de cada año a cuento del lío de los impagos, de que si no hay subvenciones la cosa revienta, de que el grupo X no tiene tanto dinero como se decía... Todo eso se admite a trámite. Pero, a costa de que el romanticismo nos engañe: ¿Por una vez no puede ser que el corazón venza a las circunstancias? Me explico: una plantilla que ha hecho una huelga a la japonesa (áhí ahí...) y que parece que se ha acostumbrado a ganar, ¿por qué no va a romper las previsiones más materialistas? Soñar es gratis. Ya se verá si se trata de un madrugón o de una noche reparadora. Zzzzz...