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«La pelea no debía haber ocurrido, no es bueno para los niños»

El padre del jugador de fútbol alevín que se enzarzó a golpes con el árbitro José Manuel Franco lamenta el incidente pero insiste en que él no inició la pelea El Colegio de Árbitros lo denunciará ante la Comisión Antiviolencia

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«Esta situación no debía haber ocurrido, ni por su parte ni por la mía», reconocía ayer a este periódico el padre del joven jugador de fútbol de la categoría alevín que se enzarzó en una pelea el viernes con el árbitro José Manuel Franco Cano, después de un partido en el complejo deportivo Elcano.

Desde su casa, este padre manifestaba lamentar todo lo sucedido y se mostraba arrepentido de participar en una trifulca en la que ambos resultaron heridos, si bien el árbitro acabó más perjudicado en el enfrentamiento y tuvo que ser trasladado a la unidad de Urgencias del Puerta del Mar.

En la mañana de ayer, José Manuel Franco tuvo que volver al hospital para que se le realizaran nuevas pruebas, al sufrir mareos y dolores de cabeza, según informaron desde el Colegio de Árbitros de Cádiz. «Ha recibido muchos golpes en la cabeza», explicaba ayer el delegado del colegio arbitral, Juan Antonio Álvarez, que anunció que elevarán el suceso a la Comisión Antiviolencia para «que la Subdelegación del Gobierno tome medidas» e imponga una sanción administrativa al supuesto agresor.

Aparte, el Colegio de Árbitros se personará en la denuncia que José Manuel Franco interpuso ayer ante la Policía Nacional, asesorado por los abogados del colegio profesional. «El tema es de suma gravedad, por ser una agresión muy violenta y por el contexto en el que se ha realizado», afirmaba ayer Álvarez.

Lo mismo piensa, curiosamente, el padre implicado en la pelea, quien reconocía ayer que «no es bueno que este tipo de peleas ocurran delante de los niños». Y aunque dice estar arrepentido, se queja de haber sido tachado como único culpable. «Yo sólo intenté defenderme», recordaba ayer.

La pelea se produjo el viernes tras el partido celebrado entre los equipos de la categoría alevín, Deportes Romero y Grupo Empresa Casa 3. Al finalizar el encuentro, el padre de un jugador del primer equipo, que ejercía además como delegado, se dirigió al vestuario para recoger su DNI pero, según su relato, el árbitro intentó quitarle el carné «por la fuerza», comenzando una discusión que dio paso a los puñetazos. Compañeros del árbitro afirman, en cambio, que fue el padre quien entró con actitud agresiva.