La crisis deja en el aire la idea de 'recrecer' las fincas

Fue la canción del otoño hace dos años. A priori, la operación era un chollo: cambiar una casa vieja por otra nueva, un garaje, un trastero y 6.000 euros. Ni en la Ruleta de la Fortuna. Por aquel entonces, la crisis del ladrillo ni se olía.

La empresa Comunidades del Sur comenzó a negociar con los vecinos de las viviendas de San Severiano y de la Comunidad de los 27 -en Santo Tomás- sin haber visto más que los dibujos del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). El Ayuntamiento dijo entonces que no admitiría presiones, pero la alcaldesa reconoció más tarde que sí se permitiría tirar estos edificios aumentando la edificabilidad en vertical. Lo que no especificó es si esta iniciativa quedaría reflejada en el nuevo planeamiento abierta a la empresa privada o a la pública (con una operación como la que ha hecho la Junta en Cerro del Moro). Lo cierto es que Comunidades del Sur siguió adelante y llegó a firmar, en septiembre de 2006, un preacuerdo ante notario con la Comunidad de los 27 por el que se canjeaban sus pisos, se le pagaba el alquiler mientras estuvieran las obras y se les devolvía al nuevo edificio, con un piso de los mismos metros. Pero el preacuerdo se quedó en eso, en un documento. «Desde entonces no hemos tenido ninguna noticia de la empresa», explicó el que entonces era el presidente de los vecinos, Miguel Rojas.

«Ni ellos se han acercado por aquí, ni nosotros hemos ido a las oficinas, porque imaginamos que tal y como están las cosas, con esta crisis, eso no va a salir adelante», sostuvo Rojas.

En aquella ocasión se habló incluso de que las obras para demoler los edificios podrían empezar en 2007. «Estaba todo preparado ya», manifestó el ex presidente.

Las negociaciones no se limitaron a esta pequeña comunidad, sino que alcanzaron a los de San Severiano, con 430 familias y al grupo de Fariñas Ferreño (avenida de Juan Carlos I, números 31, 33, 35, 37, 39 y 41).

Según otro vecino de San Severiano, hace unas semanas miembros de la empresa comunicaron que la operación se anulaba sine die. Ellos no habían firmado ningún papel, pero sí llegaron a tener reuniones con los representantes de la empresa.

Desde Comunidades del Sur no se ha querido efectuar ninguna declaración al respecto.