DE BODA. Pattie y George el día de su boda en el registro civil de Epsom. A la derecha junto a Clapton, su segundo marido, en Friar Park, la mansión que compartió con Harrison.
Sociedad

La chica que inspiró 'Layla'

Pattie Boyd, la musa y ex mujer de Eric Clapton y del BeatleGeorge Harrison, narra su vida en 'Un maravilloso presente'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Me tienes de rodillas. Te lo suplico, cariño, por favor. Cariño, ¿no aliviarás mi alma apesadumbrada?» Es el estribillo de 'Layla', una de las canciones más famosas de la historia del rock. Con ella, Eric Clapton trataba de seducir a una joven modelo que lo tenía cautivado. No lo consiguió. Entró en su casa y le pidió que se fugara con él, pero su Layla no era libre y aunque tampoco era feliz, no podía decir adiós sin más a su marido, por más que le fuera abiertamente infiel. No era un matrimonio convencional. De hecho, nada en la vida de esta mujer lo fue. Pero claro, siendo la esposa de un Beatle durante los años sesenta, lo extraordinario habría sido lo contrario. Durante diez años, esta chica nacida en Kenia, en una familia desestructurada, a la que aterraba ser abandonada, lo compartió todo -drogas incluidas- con George Harrison.

Como todo el mundo sabe, Layla no se llamaba Layla. Su nombre es Pattie Boyd y ahora se ha decidido a contar su experiencias en una autobiografía -escrita con la ayuda de Penny Junor- que edita Circe. Un maravilloso presenta es una relato sincero y sencillo, en el que «sin ánimo de molestar a nadie», recupera sus recuerdos de la beatlemanía vista desde dentro.

Quizá es una visión un tanto infantil, pero no esconde sus miserias. Pattie tenía 21 años cuando se casó con George. Todo aquello era muy difícil de digerir y se pasaban mucho tiempo colocados. Con absoluta normalidad -«no pensábamos que fuera nada malo, se desconocían los efectos nocivos de las drogas y todo el mundo lo hacía»- revela cómo un grupo de fans le dieron una paliza durante un concierto al reconocerla como la novia de Harrison; explica cómo Eric contó a George que «estaba enamorado de su mujer»; y la depresión que produjo a la pareja de Clapton descubrir que éste amaba a otra. «En cuanto escuchó 'Layla' lo supo. Se dio cuenta de que hablaba de mí y que estaba con ella porque era lo más parecido a tenerme». La novia de 'mano lenta' era la hermana pequeña de Pattie.

El libro da todo tipo de detalles sobre lo que tomaba cada uno, lo que no comía Boyd para mantener su figura de extrema delgadez (apenas pesaba 50 kilos), las redadas y registros que realizó Scotland Yard en sus casas, las infidelidades -por ejemplo George se acostaba con la mujer de Ringo-, la manera en la que despilfarraron su dinero o la muerte de Brian Epstein, sobre la que «prefiero creer que no fue un suicidio», escribe Boyd.

Sin embargo, lo más gracioso son las patéticas estrategias de ligue de las dos estrellas. La primera vez que George habló con Pattie le dijo:

-¿Te casas conmigo?

-No te conozco.

-Bueno, pues ya que no nos vamos a casar, al menos cenamos juntos esta noche.

La escena es de chiste y lo más gracioso es que funcionó. Todavía más triste resultó Clapton. Tras un tiempo de flirteo, Harrison terminó por inquirir a su amigo, al final de una fiesta:

«-¿Qué está pasando?

-Tengo que decírtelo, tío, estoy enamorado de tu mujer.

Me quise morir. George se puso furioso. Se volvió hacia mí y dijo:

-Bueno, ¿te vas con él o vienes conmigo?

Yo le dije: Me voy a casa».

Al día siguiente Eric apareció en la casa de Fiar Park que compartía el matrimonio Harrison. Pidió a Pattie que huyera con él. Al negarse la modelo, el músico sacó un pequeño paquete del bolsillo y amenazó con tomárselo. Era heroína y cumplió con lo dicho. Durante tres años Clapton se encerró en su casa, no recibía a nadie y pasaba el día drogado. Las noches las reservaba para el alcohol.

Pero los acordes de 'Layla' fueron minando las defensas de Pattie. «Saquemos lo mejor de la situación / Antes de que me vuelva loco / Por favor, no digas que nunca encontrarás la manera / Y me contarás que mi amor ha sido en vano», cantaba el guitarrista cada vez que se subía a un escenario. Y como las cosas en casa del Beatle iban de mal en peor -invitaba a vivir con ellos a otras mujeres con las que mantenía relaciones- Pattie terminó por ceder. «Me voy», fue toda la explicación que George recibió. A la mañana siguiente, la modelo tomó un avión a Los Ángeles y en unas semanas se sumó a la gira de su enamorado por Estados Unidos. Él había abandonado la heroína y volvía a trabajar con regularidad. Pronto se casarían y la señora Harrison pasó a ser la señora Clapton con el consiguiente revuelo mediático. Ambos se volverían alcohólicos y llegaría un nuevo divorcio.

En el epílogo de Un presente maravilloso Boyd se lamenta de «haber permitido que Eric me sedujera. Creo que el matrimonio es para toda la vida (...) pero si me hubiera resistido, nunca habría conocido una pasión tan increíble». No se arrepiente. «Tuve suerte y sobreviví a aquella época, pero si volviera a vivir no cambiaría nada». Eso sí, lanza una pregunta al aire para explicar su vida: «Tenéis alguna idea del efecto que produce en uno aparecer en la portada del 'Vogue'?».