Con pulso presente

La vida de Dave Holland (1946) cambió cuando Miles Davis lo escuchó tocar durante una visita a Londres en 1968. Poco después, el joven contrabajista inglés pasaba a formar parte del nuevo grupo eléctrico del legendario trompetista para grabar obras cruciales del jazz-rock como In A Silent Way o Bitches Brew, ambas de 1969. El encuentro marcaría uno de los puntos álgidos de una crónica propia, iniciada entonces de la mano de su asociación con el saxofonista Anthony Braxton o el pianista Chick Corea en el grupo Circle y plasmada más tarde en trabajos individuales de la envergadura de Conference Of The Birds (1972).

El último capítulo de tan brillante historia llega ahora encarnado en un Pass It On (Dare2 Records-Emarcy-Universal; 2008) con el que Holland estrena flamante sexteto.

A pesar de disfrutar de tan glorioso pasado, la crónica de Holland se ha caracterizado por no perder la cara al presente. De hecho, algunos de sus mejores trabajos discográficos -Points Of View (1997), What Goes Around (2002) o Extended Play: Live at Birdland (2003) sirven de ejemplo- han sido facturados recientemente, mostrando su capacidad no sólo como instrumentista sino como solvente director y primordial compositor y arregista de un proyecto personal que compagina método e improvisación y que se sitúa en una atractiva vertiente del territorio post-bop.

Después de liderar durante años un quinteto por cuya nómina han desfilado algunos de los más cotizados músicos de la actual escena jazzística (Steve Coleman, Steve Wlson, Steve Nelson o Chris Potter, entre ellos), y de contactar luego, más discretamente, con los dominios de la big band -Overtime (2005)-, Holland se situa ahora en el formato de sexteto con la intención de abordar renovados arreglos de seis composiciones ya registradas en trabajos precedentes, sumadas a tres novedades entre las que se encuentra el tema que da título al álbum -Pas It On-, compuesto por Holland en homenaje al desaparecido batería Ed Blackwell.

Improvisación

El guión recalca el creciente interés del líder en el universo de los arreglos como factor transformador del tema más allá de su tradicional rol como mero, y en algunos casos secundario, tratamiento. Tal concepción no impide que la improvisación también disfrute de su espacio vital a través de las intervenciones de un grupo de músicos formado por Antonio Hart (saxo alto), Alex Sasha Sipiagin (trompeta), Mulgrew Miller (piano), Eric Harland (batería) y un veterano en la plaza como Robin Eubanks (trombón) quien incluso se encarga de firmar el inicial y dinámico The Sum of All Parts. La fluida conexión entre estructura grupal y articulación solista depara un balance con el que Holland prolonga un dulce estado creativo. Pásalo.