Fernández de la Vega. / EFE
ESPAÑA

El Gobierno asume que el Senado vetará los Presupuestos de 2009

Los socialistas prefieren pagar el precio político de la reprobación a las cuentas antes que descuadrar sus cifras

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El Gobierno ya lo tiene asumido: sus Presupuestos para 2009 tendrán el veto del Senado, es decir que no se tramitarán y serán devueltos al Congreso. La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, admitió ayer que el Ejecutivo ha agotado casi su margen de maniobra con los 450 millones que empleó para recabar el imprescindible apoyo de PNV y Bloque Nacionalista Galego a las cuentas públicas y su infructuoso intento de amarrar también a CiU, Coalición Canaria y Esquerra Republicana durante la tramitación en el Congreso.

Los republicanos catalanes ofrecieron el pasado lunes una última oportunidad al PSOE para evitar el castigo político de la Cámara Alta. Pero eso habría supuesto 800 millones de euros más para el desarrollo de la ley de Dependencia y el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha llegado a la conclusión de que sale más rentable asumir una reprobación simbólica, que sólo tiene efectos políticos pero apenas produce efectos reales, que evitarla. De la Vega eludió pronunciarse con esta claridad, pero dejó caer que «a veces» los planteamientos que hacen algunos grupos parlamentarios «no entran dentro de los márgenes de disponibilidad» y se mostró conforme con que cada cual tome «las decisiones que considere oportunas».

Los márgenes de disponibilidad del Gobierno, según diversas fuentes, no superan los 30 millones de euros, una cifra muy alejada de la que Esquerra puso sobre la mesa -si se suman todas sus enmiendas suponen más de 1.200 millones-. Pero es que, además, pocos en el PSOE ven las ventajas de eludir el veto.

El rechazo del Senado a tramitar un proyecto tiene un coste político; da una cierta imagen de debilidad del Gobierno y evidencia sus dificultades para recabar el apoyo de otras fuerzas políticas. Pero el texto no decae, regresa después al Congreso donde los nacionalistas vascos y gallegos volverán a salvar los muebles del Ejecutivo. En las actuales circunstancias, según defienden en la dirección socialista, la tramitación de las cuentas en la Cámara Alta habría resultado hasta engorrosa porque, al no contar con mayoría, habría visto como la alianza de otros grupos descuadraba unas cuentas cuadradas casi al milímetro por el Ejecutivo.

En realidad, tampoco esta opción habría sido tan traumática porque cuando un texto se modifica en el Senado regresa al Congreso y allí los socialistas pueden deshacer entuertos, pero a la postre el veto agiliza el proceso. Y en la dirección del grupo parlamentario confiesan su deseo de salir de esta situación cuanto antes porque, aunque pueda parecer paradójico, para un Gobierno en minoría, caso del de Rodríguez Zapatero, el veto es una solución favorable a sus intereses porque evita complejas negociaciones y asumir nuevos compromisos.

Una rendija

La vicepresidenta primera, con todo, dejó abierta una rendija al acuerdo con Esquerra Republicana, de quien depende el veto después de que PP, CiU, IU e Iniciativa per Catalunya anunciaran que el suyo es innegociable. Estas cuatro formaciones más los republicanos suman la mayoría absoluta en el Senado.

ERC tomará su decisión en una reunión de su dirección el próximo lunes. Fuentes del grupo republicano dan por hecho, sin embargo, que «no hay recorrido». De hecho, admiten que nunca tuvieron muchas esperanzas porque el último encuentro que mantuvieron el portavoz de la formación en el Congreso, Joan Ridao, y su homólogo socialista, José Antonio Alonso (además de otros representantes de ambos partidos), «no duró más de un cuarto de hora».