DE COPAS. Uno de los bares de Jerez más visitados por las noches. / TAMARA SÁNCHEZ
Jerez

Éramos pocos y llegó la crisis

Ofrecemos al lector el resultado de un paseo por una determinada zona de bares de copas un día cualquiera de la semana

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Acudimos a una zona de copas un día cualquiera de la semana. Todavía resuenan en el ambiente los motores de los coches en medio de una larga jornada laboral. El objetivo de nuestro paseo es la de saber si realmente la crisis ha llegado al sector de las copas nocturnas un día cualquiera.

En el Sinatra sólo hay luces y algo de música solitaria. Por no haber, no existe ni el humo de los cigarrillos navegando por el techo. Al fondo encontramos a una de las chicas que trabaja en el café bar. Dice que poco nos puede contar porque lleva poco tiempo trabajando en el establecimiento. Volveremos otro día.

El Cromwell`s podrá ser, quizá, el decano de los bares de copas en la zona donde nos encontramos. Lleva bastantes años y la experiencia es un grado. Yolanda está ahora atendiendo al hombre invisible. La lectura de nuestro periódico le mantiene entretenida durante un buen rato. «Ya ves cómo está la cosa. Fatal. Qué nadie diga que esto de la crisis es un invento porque aquí lo tienes. Es cierto que es un día bastante malo de ventas. Pero siempre hay alguien, siempre entra un cliente con ganas de tomar un café aunque sea. Pero mira...», nos muestra el panorama con la mirada.

Está claro que conforme vamos avanzamos el panorama es un tanto desangelado. Sin embargo, todavía nos queda el Época, un lugar con muchas horas de vuelo. Seguro que tiene que estar a tope.

Se abren las puertas y en el mostrador están apostadas tres personas. Bueno, algo es algo. Dos minutos después, nos percatamos que dos de ellas son los repartidores de hielo. Se pide poco, no está la cosa para mucho frío.

La joven que atiende continua con las penas. «La cosa está mal. La gente, si ha de recortar el presupuesto, lo hace por las copas. Menos mal que pronto llegará diciembre. Ya se sabe, la gente se anima más por las fiestas y por las comidas de empresa», comenta. Quien no se contenta es porque no quiere.