RENDIR CUENTAS. Del Valle es custodiado por la policía a su llegada a los juzgados de Sevilla. / EFE
ANDALUCÍA

Santiago del Valle alega ahora que su atracción por las menores comenzó tras la muerte de su hija

El fiscal mantiene la petición de 3 años de cárcel para el presunto asesino de Mari Luz por tocamientos a una niña en Sevilla

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La Fiscalía de Sevilla mantiene su petición de tres años de cárcel y una indemnización de 10.000 euros para el presunto asesino de Mari Luz Cortés, Santiago del Valle, durante la vista por supuestos tocamientos libidinosos que realizó a una niña de cuatro años durante 2006. Del Valle aseguró ayer no recordar nada de lo sucedido, reconociendo no obstante su atracción por las menores, surgida tras la muerte de su hija de 25 meses.

El cuarto juicio por abusos contra Del Valle, que se ha celebrado en el juzgado de lo penal número 5 de Sevilla, quedó visto para sentencia. El acusado llegó sobre las 10.30 horas a la Audiencia provincial desde la cárcel de Albolote (Granada) en medio de fuertes medidas de seguridad, y al igual que a la salida fue increpado con gritos de «asesino» e insultado por varias decenas de personas que se encontraban en esos momentos en los alrededores, alguna de las cuales incluso trató de agredirle.

Aunque la vista se celebró a puerta cerrada por petición de la familia de la niña, el abogado defensor explicó al término de la misma que el acusado había mostrado «pérdidas de memoria» y que no recordaba «exactamente» lo sucedido. No obstante, señaló que con el tiempo había ido recordando algo, «pero esos recuerdos los ve como si no hubiera sido él» el protagonista. Así, tras negar inicialmente haber estado en el patio comunitario de la Barriada de La Oliva donde se produjo la agresión, poco después reconoció que sí estuvo en el lugar y que tomó a la niña en brazos pero sin ningún ánimo libidinoso, sino para evitar que se cayera.

Sin embargo, según explicó la abogada de la acusación particular, una vecina que presenció los hechos desde su ventana en la planta baja ha testificado que la mañana del 8 de diciembre de 2006 vio a Del Valle merodeando por el patio, donde los vecinos tenían preparada una comida de confraternización. Posteriormente, observó como cogía en brazos a la niña y le frotaba los genitales, aunque cuando se sintió descubierto salió corriendo del lugar gritando que era el tío de la menor.

Fantasías

Durante la sesión intervino también un forense, que indicó que el presunto asesino de Mari Luz Cortes «es consciente del mal que puede causar» y que tiene «impulsos recurrentes» y fantasías sexuales con «niñas de 7 u 8 años». El propio acusado señaló que «sabe que no está bien» su atracción por las menores, y que esta fijación comenzó cuando murió atropellada una hija suya de 25 meses y la Junta de Andalucía le retiró la tutela de otros dos niños al ser condenado por abusos a una de sus hijas.

Tanto el Ministerio Público como la acusación particular han mantenido su petición de tres años de cárcel, la pena máxima para estos casos al considerar como agravante la reincidencia en abusos sexuales a menores y una indemnización para la familia de la víctima de 10.000 y 12.000 euros, respectivamente. La Fiscalía ha asumido también la petición de cinco años de alejamiento de la menor.

Por su parte, la defensa ha solicitado la absolución de su cliente por falta de pruebas, dado que la principal testigo vio al acusado de espaldas, aunque en caso de que no se atendiera tal petición pide que se aprecie una eximente incompleta de enajenación mental y se aplique una condena de un año y un día de cárcel, alegando además que su defendido, «si realmente lo hizo, está arrepentido».