EFICAZ. Montse celebra uno de sus goles. / MIGUEL GÓMEZ
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«Ya se han acabado las caras largas»

Montse marcó dos goles y dio una asistencia en la única victoria del Zona Franca en la competición liguera

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Era como un auto ultimátum. Las chicas del Zona Franca de Cádiz llevaban siete partidos perdidos y uno empatado. Un comienzo liguero en su regreso a la División de Honor que había conseguido encender la luz roja de alarma del depósito de confianza de las gaditanas. No ganar al Valdetires Ferrol, antepenúltimo clasificado y también recién ascendido, era como rendirse a la evidencia: ese equipo no servía para la nueva categoría. Mucho les ha costado a las gaditanas llegar hasta la élite del fútbol sala femenino y de momento la temporada estaba resultando demasiado amarga. La mala suerte y el nerviosismo estaba mermando a las de Kiko Oliva que cada fin de semana buscaban la victoria de la tranquilidad, la que permitiera despegar por fin con una racha algo más positiva. Se ha hecho esperar pero ha llegado. El Zona Franca cumplió su ansiado objetivo ante el Valdetires Ferrol. Victoria holgada y cómoda y lo que es mejor, alegría y mucho ánimo. «Teníamos miedo escénico a la División de Honor porque aquí juega gente de mucho prestigio, niñas que ganan mucho dinero y pensábamos que no estábamos al nivel», explica Montse. Ella es una de las veteranas del equipo, una jugadora de enorme calidad y con carácter sobre la pista. Es, junto a Enma, una de las capitanas del Zona Franca y una vez más demostró su nivel en un encuentro que era clave. Montse, que es la que acumula más minutos de juego, marcó dos goles y dio una asistencia para ayudar a que el Zona Franca ganara al Valdetires por 4-1 el pasado sábado en el Pabellón del Casco Histórico. Al fin se venció. Lo que parecía una misión imposible se hizo realidad. «No era tan difícil ganar, nosotros lo hacíamos difícil. Antes, nos metían un gol y nos veníamos abajo. No nos creíamos que pudiéramos ganar», dice Montse.

El caso es que el resultado ha sido vital para las jugadoras. Como la propia Montse indica esa victoria lo ha cambiado todo. «Ahora somos más un grupo. Se han ido las caras largas en los entrenamientos». Y es que a las chicas de Kiko Oliva les pesaba demasiado acumular derrotas y no puntuar. «Teníamos una sensación de derrotismo que no nos llevaba a ninguna parte, pero ya se ha olvidado».

Aires renovados

El equipo ya se ha puesto a trabajar de cara al próximo compromiso liguero que les llevará a Pinto. Este sábado afrontarán un complicado choque contra un conjunto que es el quinto clasificado. Pero ahora todo es optimismo. La mentalidad ha cambiado y los entrenamientos se están desarrollando con mayor entusiasmo «Tenemos que ir a Madrid e intentar ganar al Pinto y, luego, aprovechar el apoyo de la afición para hacernos fuertes en casa», afirma Montse. Ese es el objetivo marcado por un equipo modesto que lucha con los mejores del panorama nacional. Un club que sabe que no lo tiene fácil.