FIRME. Medvédev habla para 'Le Figaro' en Gorki. / REUTERS
MUNDO

Medvédev ofrece la «opción cero»

El Kremlin desistirá de colocar cohetes en Kaliningrado si EE UU renuncia al escudo antimisiles

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Una de cal y otra de arena. Primero amenaza al recién elegido homólogo estadounidense, Barack Obama, con el despliegue de misiles Iskander en Kaliningrado, la antigua Prusia Oriental, y ahora, en la víspera de su nueva gira mundial que incluye la cumbre de Washington del G-20, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, se muestra conciliador. Pero sin ceder un ápice.

En una entrevista concedida al diario francés Le Figaro, cuyo texto en ruso distribuyó ayer el servicio de prensa del Kremlin, Medvédev afirma estar dispuesto a no llenar Kaliningrado de cohetes, siempre y cuando el nuevo inquilino de la Casa Blanca renuncie a sus planes de instalar en Polonia y la República Checa el polémico escudo antimisiles. «Podemos revisar nuestra decisión, si la nueva Administración de la Casa Blanca reflexiona sobre las consecuencias de instalar sus cohetes y su radar», sostiene Dmitri Medvédev en su charla con el rotativo parisiense.

«Hemos propuesto un sistema de seguridad global, hemos ofrecido utilizar nuestros equipos de radar y de aliados como Azerbaiyán, y no se nos ha escuchado. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante un despliegue unilateral de misiles», remarcó el jefe de Gobierno de Moscú. «Estamos dispuestos a negociar una opción cero», alega. Consiste en volver a la situación inicial. «Estados Unidos renuncia a su escudo y nosotros al despliegue de los Iskander en Kaliningrado». Su idea, insiste, es crear un «sistema global» de defensa.

En cuanto a la opinión que le merece la figura de Obama, Medvédev dice confiar en mantener con él una «relación franca y honesta. Tuvimos hace unos días una buena conversación telefónica». «El nuevo presidente norteamericano llega tras obtener un elevado capital de confianza. Ha sido elegido en un período muy complicado y le deseo mucha suerte en la labor que tiene por delante», asegura.

Medvédev insta a su homólogo a reunirse cuanto antes para «afrontar todas las cuestiones, incluidas las más controvertidas», ya que, en su opinión, retrasar este encuentro «iría contra los intereses de los dos países». «Rusia ya no es la Unión Soviética, con lo que la oportunidad para construir una buena cooperación es muy alta», dijo ayer en una conferencia ante un grupo de empresarios rusos y europeos.

El presidente ruso recordó que se habían afrontado «otras crisis en el pasado» y que este tipo de encuentros se celebraban «aún cuando había competencia directa entre ambos países». «Espero que tengamos buenas relaciones, siempre lo hemos querido, pero a veces no lo hemos conseguido», dijo.

Provocación

Mientras Medvédev llegaba ayer a la Costa Azul, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, le lanzaba desde Tallin, la capital de Estonia, una demoledora andanada verbal. «La amenaza de desplegar misiles en Kaliningrado no es precisamente la bienvenida que se merece la nueva Administración de la Casa Blanca», manifestó Gates en el marco de un encuentro sobre el futuro ingreso de Ucrania en la OTAN.