«Lograr una partida perfecta es cuestión de física y suerte»

-El fútbol suele conquistar a todos durante la infancia... ¿Cómo es que a usted le dio por los bolos?

-La verdad es que mi afición empezó por casualidad. Todo empezó hace doce años durante una típica tarde de compras. Estaba con mis padres en Bahía Sur y entre tienda y tienda decidimos entrar en la ya desaparecida bolera del centro comercial. El gusanillo por este deporte nos picó a los tres de forma espectacular y desde entonces los bolos se han convertido en una cuestión familiar. Sin ir más lejos, actualmente todos competimos de forma profesional con el club Sureños.

-¿Invierte mucho tiempo en la práctica de este deporte?

-Bastante. Cada martes juego en una liga individual y cada domingo en una por grupos. En cuanto a entrenamientos se refiere todos los sábados juego unas tres horas en la bolera jerezana de Área Sur. Además, de forma mensual acudo a campeonatos de índole nacional o autonómico.

-¿Dónde reside el secreto del éxito en este deporte?

-Hacer pleno no es tan fácil como parece y depende de muchos factores. Al lanzar hay que tener en cuenta factores tales como el nivel de aceite en pista o el efecto de la bola. Aunque a muchos les parezca mentira, los jugadores profesionales lanzamos sin mirar los bolos, ya que solemos tomar como referencias más eficaces los signos y los tablones de la pista. Es pura física mezclada con suerte.

-¿Cuál es tu nivel actual?

-Ahora juego en Primera Andaluza de grupos y, si todo va bien en el Campeonato Nacional de diciembre, el próximo año competiré en la máxima categoría, la División de Honor Nacional, también de grupos. Este año he rozado varias veces la partida perfecta, llegando a registrar plenos en todas las jugadas menos una.

-¿Existe rivalidad familiar al compartir afición con sus padres?

-Lo cierto es que hay cierta rivalidad, pero siempre vivida de forma muy sana. Actualmente coincido en la Liga con mi padre y la aparición de piques amistosos es frecuente.